Para qué la lógica o el principio de explosión.
12 diciembre, 2011 11 comentarios
«Las películas de hoy en día son muy raras, te hacen pensar».
Atribuida a Britney Spears -pero vaya usted a saber.
Muchas veces me han formulado la pregunta [para qué la lógica] que encabeza este escrito. Suelo responder de manera positiva y esperanzada que para cocinar unos buenos macarrones, para diseñar cualquier programa de ordenador o por descontado para entender a Platón o a Kant. Pero lo cierto es que al servicio de intenciones menos bondadosas puede ser un instrumento de destrucción masiva; no estoy pensando en psicópatas al estilo del Chigurh de No es país para viejos, no. Pensaba en alguien que, por ejemplo, desease dinamitar desde dentro el sistema educativo (principio de explosión) . Para este fin una mente con auténtico talento lógico podría haber ideado las competencias básicas y muy especialmente la auténtica reina de entre todas las competencias: el aprender a aprender. La formulación de tal competencia es un tanto sorprendente, pues parecería que la necesidad básica de aprender a aprender haría imposible llegar aprender nada efectivamente, presos de un retorno al infinito vía enseñar a aprender a aprender a enseñar a aprender a aprender… o pedaleando sin fin en la viciosa circularidad de la competencia de marras. Por suerte la personas estamos predispuestas y necesitadas de aprender sin más preámbulos y lo hacemos porque en ello nos va la propia vida; camina o revienta que decía aquel proscrito de la dictadura, aprendemos a hablar, a manipular, a andar, a mentir, aprendemos a calcular, a escribir… Y ahora nos dicen que se debe aprender a aprender, creo que hasta añaden: hay que reinventar el aprender (reinventar, otra palabra explosiva de moda que merece un análisis, reinventar la rueda, la hamburguesa o los pinchos de berenjena… )
Competencia básica aprender a aprender, ¿qué quiere decir eso?¿educar -dirigir- el proceso de aprendizaje? ¿dirigir las capacidades del alumno hacia objetivos valiosos? ¿aprender a estudiar quizás?, ¿o aquello de hacer esquemas y subrayar y hacer clic en Google y ponerse cómodo y a la izquierda de la ventana o del flexo…. ? Sí, todo eso tendría sentido, pero sería demasiado obvio y, además, inofensivo; pero cuando se mira la realidad uno teme que con aprender a aprender se quiere decir con toda la intención lo que se dice: una paradoja, un absurdo, una objeción a quien pretenda tener algo que enseñar (salvo, claro está, el enseñar a aprender a aprender -que para eso está todo en el internet). Con la convicción de que a pesar de todas las resistencias el discurso irá calando y que, admitido esto, aceptaremos necesariamente cualquier cosa. Y en eso nos vamos convirtiendo: en cualquier cosa […]. Por pura necesidad lógica. Ex contradictione quodlibet.
Un airecillo musical en la onda..
http://www.goear.com/files/external.swf?file=c5217e4
¡No seas tan pesimista!, que un absurdo no es ninguna objeción.
Bueno, amigo juanjo, un absurdo no es sólo una objeción – de eso iba el escrito. ¡Ancha es Castilla! es un cheque en blanco, pero también una objecion.. cualquier cosa.
Un saludo, me alegra verte asomar por aquí.
Un cheque en blanco -sin fondos.
Este asunto no va ningún sitio, llximo. Nunca nadie podrá adquirir nuevos conocimientos si no lo desea, por mucho que nos empeñemos en enseñar a aprender a aprender. La motivación debe nacer de uno mismo. Además, cada uno tiene sus maneras de saber cosas nuevas, por lo que no podemos encontrar una fórmula mágica y única.
Estoy de acuerdo Areté, no existe un único camino para aprender, ni tampoco para enseñar. Una de las cosas más molestas de muchos discursos pedagógicos » innovadores» es que desean convertir alguna experiencia particular -muchas veces valiosa en su particularidad- en algo oficial y general… y entonces no solo no funciona sino que además se pervierte el propio valor original.
La tarea de la enseñanza tiene mucho de arte y de saber práctico, por eso lo fundamental es el estilo personal y la prudencia (phronesis), actuar desde una correcta valoración de las situaciones concretas … la árete práctica. ¡ Lo cual no es nada fácil!
Aprender a aprender, reinventarse, motivar, inteligencia emocional, paradigma constructivista, aprendizaje colaborativo, atención a la diversidad, el fin de las clases magistrales, el deslumbramiento de las TIC, que los alumnos decidan, que el profesor sea un guía… yo hace tiempo que estoy hasta los … de tanta gilipollez educativa, vacía, sin contenido y alejada de la realidad. Seamos pragmáticos.
Saludos.
En efecto, si como dicen ciertos pedagogos, para aprender latín, primero hay que aprender a «aprender latín», para aprender a «aprender latín», habrá que aprender a «aprender a «aprender latín»», y así sucesivamente. Resultado: no llegamos a aprender nada….¡pero si yo pensaba que esto de las competencias iba de aprender cosas..» Gracias por tu entrada, como siempre ilustrativa.
Es la primera vez que leo este blog, y el primer artículo me ha apuntado directamente a mi. Me explico. Soy estudiante de magisterio y una adicta a la filosofía. Este último mes tuve que realizar un trabajo escrito donde tenía que relacionar las competencias básicas establecidas con juegos populares.
Una vez llegué a este punto, me quedé en blanco. No entendía como se puede enseñar a aprender a aprender por lo mismo que decís todos, es una rueda sin fin.
Según el decreto dice lo siguiente : «habilidades para iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más eficaz y autónoma de acuerdo a los propios objetivos y necesidades». Las habilidades son adquiridas por naturaleza, según lo que nos han explicado en clase, y es algo que el niño lo hace inconscientemente.Respecto a la segunda parte de la definición, en mi opinión considero que esa autonomía y conciencia de la eficacia de uno mismo es el autoconcepto, el cual se obtiene con el propio aprendizaje.
Al igual que vosotros, no le encuentro sentido.
Gracias por su entrada!
Lucía,
Bienvenida, esperamos que llegues para quedarte. Estimamos tus comentarios, a ver si entre todos podemos entender algo.
El principio de explosión no tiene nada que ver con el sistema educativo. Postula que, asumiendo axiomas contradictorios, se puede llegar a cualquier conclusión.
Efectivamente siguiendo el enlace se encontraba una explicación de tal principio lógico Ex contradictione quodlibet.