Educación para la ciudadanía

 

Estas líneas pretenden invitar a una nueva reflexión sobre un asunto que nació entre furibundas discusiones, que desató los más violentos y pintorescos enfrentamientos [desde el inglés valenciano o el enseñar a poner(se) el condón de Blanco] sobre asuntos educativos que yo he conocido y que ahora [dicho en una afortunada expresión de Nigel Barley absolutamente certera para este asunto] asemeja «el tenso silencio de los borrachos de Glasgow». Pero esa quietud de los bacantes no debe ocultar la persistencia de una cuestión no resuelta.

Comencemos a la manera española, excusándonos y pidiendo que no se nos confunda: como profesor de filosofía uno (en este caso yo) prefiere comentar junto a un «cultivado » público de bachilleres de 17 años un texto de Descartes, una idea de Kant, una finesse de Nietzsche… y preferiría que fuese otro (o mismamente tú) quien hubiese de vérselas con tres docenas de treceañeros, la Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. No hay color. Y, dado por sentado lo único que en este asunto es obvio, pasemos a lo problématico.

Quizá todavía cae dentro de lo obvio -al menos me lo parece a mí- que la entrada en escena de «las ciudadanías» ha «enrarecido» materias sólidamente establecidas dentro de los departamentos de la filosofía, como la ética y la misma filosofía de bachiller. Aunque curiosamente la manera en que ha sido acogido por estos departamentos este «giro ciudadano» de la filosofía ha sido bien dispar; tenemos para elegir en un amplio arco desde el fervor a la abominación. Me gustaría aquí negar la abominación sin caer en el fervor, pero no pretendo recomendar resignación, ni tampoco simplemente hacer de la necesidad virtud -lo que por otro lado no viene de más en este asunto.

Las cuestiones que creo relevantes son:

1. ¿Consideramos necesario que el alumno al finalizar su ciclo de escolarización obligatoria tenga conocimientos básicos acerca del medio social, político y jurídico -nacional e internacional- en el que vive?

2. ¿Puede una asignatura como Educación para la ciudadanía contribuir a este propósito?

Mi respuesta a ambas preguntas es sí. Respecto a la primera pregunta, me parece tan esencial ese conocimiento como que el alumno conozca el medio geográfico y natural. Respecto a la segunda, me parece que la materia de Historia dada la inmensidad de contenidos a abarcar no puede cumplir satisfactoriamente esa labor. Por supuesto quedan abiertas multitud de cuestiones acerca de la forma más correcta de introducir una materia de este tipo dentro de los planes de estudios actuales, horas disponibles y cursos etc… No tratamos de estos detalles aquí, pues no es el objeto de este escrito; aunque sin duda son importantes, pues de ellos (de los detalles) dependerá el éxito del asunto. La posibilidad de una materia de ética y ciudadanía (Educación ético-cívica) de tres horas en 4º parece una posibilidad atractiva. Su cara gris es que podría  soslayar los contenidos de los que hablábamos, que podrían quedar en un «segundo o tercer plano». Evitar este soslayamiento con una vigilancia férrea del cumplimiento del programa abre posibilidades muchos menos atractivas que las que al principio imaginábamos. Caben otras fórmulas en las que estos contenidos se dividen en dos materias con diferente asignación de carga lectiva, como las efectivamente vigentes en las distintas comunidades, cada una sujeta con sus virtudes y defectos a discusión. Personalmente la formula que menos me gusta es dos horas para ciudadanía y una para ética. Pero no es este el tema.

Imagino que, quizá, los más escépticos ante las «ciudadanías» me dirán que ellos no desaprueban una materia de tipo científico descriptivo que trate los contenidos citados, sino que desaprueban ciertos supuestos ideológicos nada científicos presentes en el curriculum de la materia y que hacen de ésta una forma de ideología de cariz adoctrinante más que un campo de conocimiento abierto a la verdad y a la crítica. Pues bien, lejos de esconder la inmudicia bajo la alfombra lo que propongo es sacar cuanta hubiera a la luz, no por el placer de mostrarla sino con la esperanza de poder deshacernos de ella.

PS. Desde luego no me vale lo de otra hora para inglés o para mates.

17 Responses to Educación para la ciudadanía

  1. No abundan las reflexiones serenas y faltas de dogmatismo sobre este tema, por lo que tengo que felicitar a llximo por darnos ocasión de pensar sobre el asunto con la distancia necesaria. Personalmente también respondo sí a las dos preguntas formuladas en el texto, pero sigo siendo escéptico. Son necesarios unos ‘conocimientos básicos acerca del medio social, político y jurídico’ y evidentemete Epc puede contribuir a este propósito. Digamos que Epc podría ser esa asignatura en la que los alumnos adquieran esos conocimientos, pero me temo que eso no es del todo cierto. Supongamos que impusieran una asignatura de astrología en la ESO. Para hacer cartas astrales, probablemente es necesario tener ciertos rudimentos de geometría. ¿Es necesario que los alumnos tengan unas nociones mínimas de geometría al terminar la ESO? Sí. ¿Podría la asignatura de astrología contribuir a este propósito? Sí, pero…
    Gregorio Peces-Barba -fervoroso defensor de la Epc y arquitecto de la misma- ha dejado escrito en su ‘Educación para la ciudadanía y Derechos humanos‘ que los escépticos ante la asignatura, como yo, «se sienten mucho más cómodos con una sociedad civil pasiva y que se deje dirigir por las élites políticas, que conviviendo con ciudadanos comprometidos, exigentes y críticos» (Op. Cit., p. 27). Vaya por delante que mi escepticismo ante Epc procede exactamente de lo contrario, de mi repugnancia hacia una sociedad que se deje dirigir por las élites políticas.
    Hecha esta salvedad, con el ejemplo de la astrología lo que quiero decir es que la asignatura es mucho más de lo que con sensatez señalas que podría ser. Nos invitas a los escépticos a buscar la basura y sacarla, y créeme que he comenzado a hacerlo. Sin embargo pronto he visto que la cantidad de basura que contiene impide no considerar que estamos ante un auténtico cubo de basura, donde lo que en principio podría salvarse, está tan mezclado con la basura que se ha vuelto, a su vez, basura, como la geometría de los astrólogos.
    Podríamos pensar que a pesar de todo la asignatura contiene un núcleo razonable y que sólo hay que eliminar lo que no vale. Pero me temo que eso no es posible, pues va contra la misma esencia de la asignatura. Siguiendo con Peces-Barba, la Epc sólo es verdaderamente eficaz cuando es explicada por un «profesorado vocacional y profesional, y con la metodología apropiada» (Op. Cit. p. 37), exigiéndosele también a este profesorado también «rigor, dedicación, interés y hasta afecto». El grado de compromiso que exige la asignatura al profesor es tal que ésta ‘sufriría un grave quebranto si [..] los estudiantes ven diferencias y contradicciones entre lo que dicen sus profesores y lo que hacen cada día» (Op. Cit., 41). (Esto último me recuerda a los problemas que tienen ciertos profesores de religión para conservar su trabajo cuando se hacen públicas algunas de sus aficiones privadas. )
    ¿Por qué se exige este nivel de compromiso al profesorado de Epc? Evidentemente para impartir unos ‘conocimientos básicos acerca del medio social, político y jurídico’ no hace falta ni vocación, ni afecto ni una metodología especial ni, por supuesto, la adhesión personal al contenido de la materia. ¿Por qué el inventor de la asignatura considera que sí hacen falta estas cosas? Porque la asignatura es algo más: «la educación para la ciudadanía no sólo es el motor de primera magnitud para la creación de ese conjunto de conocimientos, valores y actitudes que forman la cultura cívica y política de los ciudadanos, sino que puede también servir de vehículo para desarrollar el sentimiento de pertenencia compartida a una concreta comunidad, que, lejos de ser un mero trámite jurídico formal, sea la base de la lealtad al sistema político y de la solidaridad entre los ciudadanos» (Op. Cit.)
    No puedo evitar terminar este extenso comentario recordando que probablemente el curriculo oficial de la asignatura es sistemáticamente ignorado por los profesores que, más sensatos que Peces-Barba, probablemente se limiten a dar esos conocimientos mínimos de los que habla el autor. Pero eso salva a los profesores de Epc, no a la Epc.

  2. llximo says:

    ¡Pero Peces Barbas no aparece en el PDF! Ni veo por qué debe ser suya la última palabra sobre este asunto.

  3. Su palabra no es la última sobre el asunto, claro está, pero ha sido la primera y ha imprimido a la asignatura su carácter. El pdf rezuma ‘peces-barbismo’ en todos su párrafos 🙂

  4. Peces-barbismo en el pdf (sacando, o más bien mostrando, porque no se puede sacar, la basura):
    «rechazar las desigualdades de hecho y de derecho, en particular las que afectan a las mujeres».

    Las de derecho, pase, pero, ¿las de hecho? Y por qué ‘en particular’ las que afectan a las mujeres?

  5. Peces-barbismo en el pdf (mostrando la basura):
    «mostrar, ante situaciones de la vida cotidiana, actitudes cívicas relativas al cuidado del entorno, la seguridad vial, la protección civil y el consumo responsable.»

    Esto está en los criterios de evaluación. El profesor necesitará buenas dosis de ‘vocación’ y ‘hasta afecto’ para valorar si el alumno en las ‘situaciones de la vida cotidiana’ mantiene actitudes cívicas (signifique aquí ‘cívico’ lo que signifique, que es un misterio)

  6. Peces-barbismo en el pdf (mostrando la basura):
    «Reconocer la existencia de conflictos y el papel que desempeñan en los mismos las organizaciones internacionales y las fuerzas de pacificación»

    ‘Fuerzas de pacificación’

    El mundo está despacificado, quién lo pacificará, el pacificador que lo pacifique, buen pacificador será.

  7. Peces-barbismo en el pdf (mostrando la basura)

    «se pretende evaluar si los alumnos y las alumnas han desarrollado habilidades sociales de respeto y tolerancia hacia las personas de su entorno y si utilizan de forma sistemática el diálogo y la mediación como instrumento para resolver los conflictos, rechazando cualquier tipo de violencia hacia cualquier miembro de la comunidad escolar o de la familia.»

    1) Hay que desarrollar en la asignatura ‘habilidades sociales’ que por supuesto van más allá de los conocimientos mínimos acerca del medio social, político y jurídico.
    2) Hay que indagar si el alumno usa SISTEMÁTICAMENTE el diáloco y la MEDIACIÓN (!!!) como instrumento para resolver conflictos.
    3) Hay que comprobar, mediante un detector de mentiras, que el alumno RECHAZA CUALQUIER TIPO DE VIOLENCIA. Se ignora si en lo de ‘CUALQUIER TIPO DE VIOLENCIA’ se incluye la violencia de las ‘FUERZAS DE PACIFICACIÓN’.

  8. Peces-barbismo en el pdf (mostrando la basura):

    …. tarea interminable. Es más fácil que alguien seleccione directamente lo que se puede salvar…

  9. llximo says:

    Mira este que es Educacion física para ver si está exento de pecesbarbismo

    Haz clic para acceder a ANALISISCRITICOCURRICULUMBASICO.pdf

  10. Epc no es una anomalía del sistema educativo actual, llximo. Es su expresión más depurada.

  11. Me temo que del pecesbarbismo no se salva ni el recreo. 🙂

  12. llximo says:

    pues eso 🙂

  13. Fer says:

    Buenas, gracias por el artículo y gracias a Felipe por su iluminaria clarividencia, pero yo, desde mi fanatismo ácrata digo que no a ambas preguntas de nuestro ilustre articulista; y trataré de argumentarlos noes, brevemente, apliquen pues el principio de caridad. Vamos al rollo.

    1. ¿Consideramos necesario que el alumno al finalizar su ciclo de escolarización obligatoria tenga conocimientos básicos acerca del medio social, político y jurídico -nacional e internacional- en el que vive?

    No nocesariamente. Al finalizar la escolarización obligatoria no es, aún, un ciudadano de pleno derecho, puede trabajar si su tutor legal le autoriza a ello -y casarse- pero aun le queda para ser ciudadano y lo será si lo logra. La formación por sí misma no crea ciudadanos, sienta las bases para que sus actos libres y responsables hagan de ellos ciudadanos o parias. En el principio fue la acción, que actúen por sí mismos y deciden en consecuencia. Para ello tiene garantizada por ley una formación que debería ser de calidad contrastada, realmente y no con las memeces de evaluaciones que nos hace y, por supuesto, avalada objetivamente. Es decir, les formamos obligatoriamente en los mejores conocimientos posibles, humanisticos, científicos y técnicos y los soltamos al mundo real a que se las apañen bajo la tutela de sus padres, que para eso son padres.

    2. ¿Puede una asignatura como Educación para la ciudadanía contribuir a este propósito?

    Evidentemente que no; ni esa ninninguna otra por sí misma, si el propósito es «crear ciudadanos», y eso equivale a participar activamente en la política no, porque, precisamente, la EPC legitima un sistema democrático dónde políticos NO profesionales y sin formación alguna han enajenado la acción política a los ciudadanos. La política es popiedad del pueblo, no de los políticos, estos son gestores y punto. Las ideas políticas de estos gestores deben contribuir a que su gestión sea eficaz y correcta para la mayoría -que no todos- pero es el ciudadano el que hace la política, el política la gestiona, y la debe gestionar de modo que pueda vivir de lo que hace o no hace, y de si lo hace bien, y no como ahora que viven de los que «dicen», o sea, de la mismísma geta.

    • Aunque tu ‘fanatismo ácrata’ me resulta simpático, Fer, creo que tus respuestas tienen poco que ver con las preguntas planteadas.
      1) En la primera llximo ha preguntado si es razonable que los alumnos tengan ciertos conocimientos acerca de la sociedad, la política y las leyes. Tú mismo has respondido que sí en tu texto al afirmar que ‘les formamos obligatoriamente en los mejores conocimientos posibles, humanísticos, científicos y técnicos’. Esos conocimientos de los que habla llximo pertenecerían a los humanísticos. Mi crítica precisamente lo que afirmaba es que además de esos conocimientos se pretende que en esa asignatura se haga ‘algo más’. Tienes razón al denunciar que la asignatura pretende formar buenos ciudadanos. Yo también lo creo. Pero lo que llximo pregunta no es si debe haber una asignatura que forme buenos ciudadanos, sino simplemente que les informe acerca de ciertos rasgos objetivos de su sociedad. Claro, yo digo que esa asignatura está bien, pero que no es Epc. Por otra parte, un bebé recién nacido es ya un ciudadano de pleno derecho. La ciudadanía se adquiere naciendo en un Estado de derecho. Por eso es peligroso pretender ‘formar’ ciudadanos qua ciudadanos, que es lo que a mi juicio pretende la actual Epc, aunque no la versión ‘reciclada’ de llximo.

      2) Tu respuesta a la segunda pregunta tiene el mismo ‘pecado’ que la primera: supones que de lo que se trata es de crear ciudadanos y llximo se limita a pedir que se impartan ciertos conocimientos objetivos. No se trata de justificar el sistema político, sino de explicarlo, y una asignatura como Educación para la ciudadanía PODRÍA contribuir a ello. Claro, que haría falta quemar el actual curriculum y escribirlo de nuevo. Precisamente porque ‘la política es propiedad del pueblo’, no debe serle escamoteado al ‘pueblo’ el conocimiento sobre los principios fundamentales del derecho y la política occidental. Insisto, no creo que el actual curriculum garantice esto, pero sin duda, con las convenientes reformas, podría hacerlo.

      Gracias por dejarte ver por aquí, Fer.

  14. Fer says:

    Si, tienes razón, y te equivocas, a la vez. Para que se impartan esos conocimientos objetivos no se necesita una «nueva» asignatura, ni una vieja, ni ninguna asignatura en absoluto, se requiere conocer «lo que es», por eso la única materia, asignatura, disciplina o cómo quieras llamarlo que debería enseñarse a los futuros ciudadanos de un Estado es la de «cómo ser ciudadanos de un Estado», lo cuál si es una petición de principio, y sólo un género literario pueda, a la vez, enfrentarse a la contradicción, que no vencer, y mantener la objetividad y el rigor lógica. Exacamente querido, filosofía y nada más requiere la Educación básica de todo ser humano; y luego, convertido el hombre, si quiere que se haga ciudadano, y si no, pues a tomar por … que puede elegir no serlo, si no quiere.

  15. nayib camacho o. says:

    De manera concreta: ustedes se poner a pensar en materias ciudadanas y les auguro un total fracaso en: materias ciuaddana y en contenidos filosóficos. Hay que volver a pensar al hombre, ese animal paradójico. Estas maetiar se vuelven entretenimiento rídiculo, palabra hueca, opinadera y relleno de horas. Le hablo desde la esperienxcia fracasada de un país como Colombia. Esto es sólo un invento de grurúa curriculares adscritos a los miniesterios de educación y al ejercicio ganancioso de dineros estatales por parte de algunos avivatos que se van a afanar por preparar cursillos, talles, «puestas en escena», etc Y los jóvens ahí, con su black berry y su carga emotiva llena de tristeza y desesperanza.

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