Las cautelas de Descartes
3 febrero, 2011 11 comentarios
Como es sabido, cuando Galileo es arrestado y condenado en 1633, Descartes sufre una gran conmoción, pues acaba de componer un tratado en el que sostiene tesis semejantes a las de éste y decide no publicar su libro Mundo. En la siguiente carta, Descartes explica a su amigo Mersenne las razones que le llevan a no publicar su obra:
Quería enviaros mi Mundo como regalo de Año Nuevo, y hace sólo dos semanas estaba dispuesto a mandaros al menos una parte, si no podría copiarlo todo a tiempo. Pero tengo que decir que, mientras tanto me tomé la molestia de preguntar en Leiden y Amsterdam si tenían el Sistema del mundo de Galileo, pues pensaba haber oído que se había publicado en Italia el año pasado. Me dijeron que se había publicado, pero que todas las copias habían sido quemadas inmediatamente en Roma y que Galileo había sido condenado y castigado. Me quedé tan sorprendido que casi decidí quemar mis papeles o al menos no dejar que nadie los viera. No podía imaginar que Galileo -italiano y, según creo, bien visto por el Papa- pudiera ser considerado un criminal por haber intentado establecer, como sin duda hizo, que la Tierra se mueve. Sé que algunos cardenales habían censurado esta opinión, pero creía haber oído que al mismo tiempo se enseñaba públicamente incluso en Roma. Admito que si la opinión es falsa, también lo es todo el fundamento de mi filosofía, pues también con ella quedaría demostrada, y está tan estrechamente entreverada en cada parte de mi tratado que no puedo eliminarla sin dejar el resto de la obra defectuoso. Pero por nada del mundo querría publicar un discurso en el que la Iglesia pudiera encontrar una sola palabra censurable. Prefiero eliminarlo que publicarlo de una forma mutilada.
(Citado en A.C. Grayling, Descartes, p.p. 208-209)
El argumento principal de la Iglesia para oponerse al heliocentrismo era el Salmo 104:
¡Señor, Dios mío, qué grande eres!
Estás vestido de esplendor y majestad
y te envuelves como un manto de luz.
Tú extendiste el cielo como un toldo
y construiste tu mansión sobre las aguas
Las nubes te sirven de carruaje
y avanzas en alas del viento.
Usas como mensajeros a los vientos,
y a los relámpagos, como ministros.
Afirmaste la tierra sobre sus cimientos:
¡no se moverá jamás!
El sentimiento de impotencia de Descartes debió ser casi tan grande como el de los actuales profesores de filosofía. No pretendo pasarme de irónico, simplemente destacar que los esquemas sociales que padecemos no son modernidades, se inventaron hace tiempo llevan siglos amargando la vida de la gente. Saludos cordiales desde la montaña alicantina.
Bueno, creo que Descartes lo tenía peor… ahora, él valía más que ‘los actuales profesores de filosofía’.
Pero por nada del mundo querría publicar un discurso en el que la Iglesia pudiera encontrar una sola palabra censurable. Prefiero eliminarlo que publicarlo de una forma mutilada!
Cuanto de esta valía nos hace falta, escritores, periodistas, todo aquel que utilice la palabra como elemento de vida…lamentablemente, aun si tuviéramos el coraje para hacerlo no comeríamos nunca, porque a aquellos que pensamos nos censuran casi el 20% del escrito original, bajo el argumento que el editor es quien mantiene la «linea»…maldito capitalismo!
Un abrazo!
Gracias, Anna por tu abrazo! La ventaja que tenía Descartes es que no publicaba para vivir… De hecho en algún otro texto afirma que no tenía la menor inclinación a publicar sus investigaciones y que simplemente lo hacía por la insistencia de sus amigos.
Otra prueba irrefutable, amigo Felipe:
“El día que Yahvéh entregó al amorreo en manos de los israelitas, Josué se dirigió a Yahvéh y le dijo:
Detente, sol, en Gabaón,
Y tú, luna, en el valle de Ayyalón.
Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos… El sol se paró en medio del cielo y dejó de correr un día entero hacia su ocaso.”
Josué,10, 12-14
En ningún sitio dice que se ordenara a la tierra pararse. Este texto también se utilizó para condenar el heliocentrismo por parte de los lúcidos acusadores del anciano Galileo.
Saludos.
Gracias por la referencia, Borja.
http://conoze.com/index.php?accion=contenido&doc=900
Echarle un vistazo, puede servir de ayuda para mirar desde otros puntos de vista.
Un saludo desde Villena.
Ciertamente es otro punto de vista, Mateo, pero intercala aciertos -y desmitificar la condena de Galileo lo es- con alguna interpretación interesada.
Era crucial para demostrar el movimiento físico de la tierra observar las fases de venus, y eso sí lo logra Galileo con su telescopio. Imperfecto, pues no puede eliminar grandes aberraciones cromáticas, pero suficiente para el fin perseguido.
Si Galileo sufrió o no tortura….depende de lo que entendamos como tal. El primer nivel en los interrogatoriaos consistía en decir de palabra lo que te podía ocurrir si no te retractabas. El segundo, ver a alguien que lo estaba sufriendo.
Al parecer, estos dos niveles sí le tocó al ancano Galileo sufrirlos, pero tuvo el buen sentido de retractarse a tiempo lo que valió la condena de encierro domiciliario en la villa de Arcetri.
Nunca dijo el famoso «pero se mueve», aunque seguro que lo pensó…
De acuerdo.
Otro saludo.
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