¿Por qué no actuaron antes?
16 abril, 2020 1 comentario
Filosofía, ciencia y cultura
16 abril, 2020 1 comentario
25 agosto, 2012 2 comentarios
Tres eran los problemas capitales con que tenía que enfrentarse España en el último cuarto del siglo pasado: la que entonces empieza a llamarse la cuestión social; la pretensión de autonomía de los restos ultramarinos de la antigua Monarquía, Cuba, Puerto Rico, y las Filipinas; finalmente, los movimientos regionalistas que surgen entonces, sobre todo en Cataluña y el País Vasco. En los tres casos, los gobernantes de la Restauración —con el asentimiento o la complacencia de la mayoría de la sociedad— temen plantearlos a fondo y con los riesgos que realmente implican; prefieren —para usar expresiones muy usadas en esa época, y muy reveladoras— «trampear» o «poner paños calientes»; lo cual tuvo la consecuencia de dejar las cuestiones más graves sin solución, con una radicalización subterránea que afloró después.
[…]
La segunda se resolvió, lamentablemente, con el llamado «desastre nacional» de 1898; la primera se fue enconando progresivamente en nuestro siglo, hasta llevar a la tremenda explosión de 1936, de la cual fue causa decisiva, aunque no única; la tercera, que también tuvo un papel importante en el origen de la guerra civil, ha continuado actuando en la sociedad española de todo el siglo, y no ha desaparecido del horizonte.
España inteligible. Julián Marías.
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No cabe duda que las lecturas de este texto serán bien distintas desde abril de 1985 cuando Julián Marías finalizó su escritura hasta este agosto del 2012. Les invito a meditarlo.
2 mayo, 2012 Deja un comentario
Comenzaba 2012 y nos hacíamos eco del artículo de Adela Cortina. Lo ocurrido durante estos meses hacen aún más patente su pertinencia. Así que lo reponemos, juzguen, ustedes:
Recomendamos la lectura del artículo de Adela Cortina ¿Salud sostenible?. Efectivamente debemos estar atentos a las decisiones políticas; el desempleo y la crisis económica no pueden ser coartadas que justifiquen cualquier decisión -y desde luego, no aquellas de dudoso aspecto democrático. Pues la historia nos ha mostrado en numerosas y tristes ocasiones como la democracia peligra en los momentos de crisis.
Lo que no es de recibo entonces, […] es aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid, recurrir verbalmente a la necesidad de recortar gastos para cumplir con nuestros socios europeos de una manera rápida, y con esa coartada transformar el Sistema Nacional de Salud, o los 17 sistemas que conviven en España, para que dependan menos de las Administraciones públicas y más del sector privado, sin explicar a los ciudadanos hacia dónde se quiere ir ni someterlo a discusión pública.
Es la vieja política de los hechos consumados, en absoluto democrática, que en este caso juega con la confusión entre la legítima aspiración a no despilfarrar recursos públicos en sanidad y el deseo ilegítimo de cambiar un modelo sanitario por otro sin que las gentes se den cuenta apenas, preocupadas como están sobre todo por el desempleo y la situación económica. […]
Si necesitamos nuevas fórmulas, es hora de presentarlas y deliberar ampliamente sobre ellas. Pero lo que no puede hacerse es destruir sin razones plausibles, sin discusión, un sistema que ha conseguido ser históricamente el más justo de los que hemos tenido.
Adela Cortina. El País.
Y lo que Adela plantea aquí respecto de la sanidad es válido para cualquier otro ámbito del espacio público -político*
Por ejemplo, para el educativo.