El letargo

Cráneo de Descartes

El sistema de Descartes. Un intento de fundamentación que se desvanece allí donde precisamente quisiera estar firme; la claridad y la distinción pretendida allí donde todo es oscuro: el fantasmal y cenagoso “yo” y la otredad absoluta de la Sustancia Infinita. El empeño clarificador y racional encuentra drásticamente sus límites; y el esfuerzo racional sirve así a su opuesto: nos abre al inefable enigma del ser -en esencia a lo místico. Esta “paradoja” es muy frecuente; su expresión más clara y manifiesta es el conocido final del Tractatus . Oh, la razón de mi sin razón!.

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