¿Lo vamos a permitir?

Leo con amargura y estupor que los profesores y maestros de la Comunidad de Murcia verán reducido su sueldo en 75 euros a partir de enero. (MENEA LA NOTICIA)Tras el recorte estatal, las réplicas autonómicas. Y que nadie suspire aliviado ni se compadezca de los murcianos: usted tampoco se librará. Aceptamos, en su momento, el recorte de Zapatero con estoicismo y apretando los dientes, conscientes de que, sin tener culpa, no nos quedaba otro remedio y jurando -al menos en mi caso- no olvidar la torpeza del gobierno en las próximas elecciones. Fue injusto que pagáramos nosotros los platos rotos, pero es que lo que se nos avecina a los profesores y maestros supera el concepto de injusticia y se instala ya en el reino de la grosería, la burla, el escarnio, la tomadura de pelo, el abuso y la pornografía política. Se publicaba este fin de semana en El Mundo una lista de los derroches más sangrantes de las comunidades autónomas. Han regalado el dinero a caraduras, timadores y ‘espabilaos’ de la peor calaña y de todos los partidos: lo han tirado a la basura. Ahí tenemos aeropuertos sin aviones, carreras de coches, altos cargos tan bien pagados como inútiles, televisiones con presupuestos multimillonarios con una programación penosa (niños que cantan, animales simpáticos, propaganda…), y tantas otras inefables ‘inversiones’ ¿Acaso pertenece el sueldo de los profesores a esas partidas inútiles y faraónicas que hay que reducir? ¿En tan poca estima nos vamos a tener? ¿En tan poco nos tienen los políticos y la sociedad? Nuestro trabajo es fundamental: la sociedad del futuro depende de nosotros. No somos los beneficiarios de ningún ‘chollo’, somos una pieza central del Estado, si es que estamos en un Estado moderno y no en una tribu amazónica. Es hora de decir ‘esta boca es mía’. Olviden que pertenecen a una comunidad o a otra. Olviden su carnet del PP o del PSOE, olviden a los sindicatos y defiendan su profesión, que es también defender el futuro del país. Para empezar, les propondré una serie de puntos que considero imprescindibles para evitar más atropellos, pero como en el fondo soy pesimista, terminaré con una serie de acciones que creo que habrá que llevar a cabo si se salen con la suya.

CÓMO IMPEDIR QUE NOS VUELVAN A BAJAR EL SUELDO LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS

1. Debemos tomar consciencia colectiva, y reaccionar todos cuando en una comunidad se ataque a una parte.

2. Para eso no necesitamos a los sindicatos. No estamos defendiendo a una clase social, sino nuestra profesión. Los sindicatos ni siquiera son necesarios como elemento aglutinador. A través de internet podemos organizarnos de una forma mucho más eficaz, como lo han hecho, por ejemplo, los críticos de la finalmente frustrada ‘Ley Sinde’. Es necesaria una plataforma en internet desde la que actuar. Yo propongo Deseducativos. Aunque probablemente sería interesante crear una de nueva planta con este propósito específico.

3. Necesitamos un colegio profesional, como lo tienen los médicos, los abogados o los peritos industriales.

4. Habrá que salir a la calle.

5. Desconfíen de los partidos políticos, incluso del ’suyo’. No se le debe presuponer a ningún político cualidades especialmente nobles. Eso lo sabía Maquiavelo y nosotros no debemos olvidarlo.

QUÉ HACER CUANDO NOS VUELVAN A BAJAR EL SUELDO

En el más que probable caso de que seamos tan torpes como para dejar que se burlen de nosotros, sólo nos queda una cosa: la acción individual. Todo lo que yo propongo se reduce a una única premisa: si nos bajan el sueldo de nuevo, dejemos de trabajar GRATIS. Probablemente somos el colectivo más dispuesto a trabajar sin cobrar, no sé si es voluntarismo, masoquismo, estupidez o culpabilidad, pero trabajamos gratis. Si además nos bajan el sueldo, deberíamos, al menos, dejar de hacer todas esas cosas A LAS QUE NO ESTAMOS OBLIGADOS y que NO NOS SON EN ABSOLUTO RECONOCIDAS. En este sentido propongo:

1. Dejar de realizar actividades extraescolares. Suponen horas extras que no sólo no cobramos, sino que, tan sacrificados como somos, ni nos atreveríamos a reclamar. Y no sólo son horas, suponen asumir una serie de responsabilidades y tomarse una serie de molestias que valen mucho más que los 175 euros que van a quitarles a los murcianos (pero luego vendrán los valencianos, los madrileños, los andaluces …).

2. Dejar de atender a padres fuera del horario de atención a padres. Probablemente somos los únicos funcionarios dispuestos a atender al público fuera de horas de trabajo. Pues se acabó.

3. Dedicar a la preparación de las clases sólo el tiempo previsto para ello en el horario. Personalmente, y creo que no soy una excepción, dedico a la preparación de las clases no dos, sino diez veces más tiempo que el previsto por la administración. Eso significa que trabajamos gratis. Dediquen a las clases lo previsto. Si los exámenes tardan más en corregirse, pues que tarden. Si las libretas tardan en devolverse, pues que esperen. Dediquen ese tiempo recuperado a leer la novela que nunca empezaron, a aprender idiomas, estudien otra carrera, investiguen en su disciplina, pero que las clases no les roben ni un minuto de su vida privada.

4. Restrinjan la acción tutorial a lo estrictamente obligatorio. Nada de ser ‘papás’ o ‘mamás’.

5. No acepten ser tutores del nuevo máster de secundaria (se cobra, pero una cantidad ridícula)

6. No suspendan a quien debe aprobar ni aprueben a quien debe suspender.

7. Limiten sus intervenciones en la evaluación a corregir posibles errores en la nota.

8. Utilicen sólo los recursos disponibles en el aula. Se acabó utilizar el propio ordenador, arrastrar carritos, peregrinar por el centro, utilizar libros, películas, revistas, etc. de nuestra colección particular. Si hace falta algo que lo compre la administración, y si no, pues a otra cosa.

9. Nada de participar en ningún tipo de proyecto de innovación educativa, ni de enseñanza en valores, ni ‘días de’ gratuitamente. Cuando pidan voluntarios para cualquier cosa (y se hace a menudo), pregunten cuánto van a cobrar por ello. No teman parecer egoístas, recuerden que les han bajado el sueldo y que la hipoteca, los alimentos y los servicios siguen costando dinero. Ustedes no van al centro de misiones, sino a trabajar a cambio de una remuneración económica.

10. No realicen exámenes fuera del horario de clase, ni organicen refuerzos ni nada que no esté expresamente reconocido en su horario.

En definitiva: dejemos de hacer el primo.

 

http://profescontraelrecorte.com

14 Responses to ¿Lo vamos a permitir?

  1. Nayib Camacho O. says:

    A veces las tribus amazónicas son más inteligentes que aquellos que se proclaman su trabajo como fundamental para el futuro de la sociedad (supuestos formadores) pero siguen teniendo conceptos tan ansurdos. Es preferible estar en el Amazonas y no en un Estado moderno pegado del estómago. Desde que comineza a hablar de una tribu amazónica no tiene sentido el resto. Un «maestro» con tales conceptos debería encontar su lugar en el mundo de las finanzas. Qué barbaridad…

    • Sr. Nayib, su comentario está completamente fuera de lugar. En ningún sitio se dice que las tribus amazónicas sean más o menos inteligentes que nadie. Lo que se afirma en el post es que las tribus amazónicas carecen de ‘estado’, su forma de organización política es simplemente otra, y por lo tanto tampoco tienen un sistema educativo público como sí lo tienen todos los estados-nación modernos surgidos en Europa. Y esto le parecerá a usted una barbaridad, pero es tan cierto que usted mismo lo afirmaría si abriera un libro de teoría política. En un estado moderno con un sistema educativo público, la función de los profesores y los maestros es esencial, quiera usted o no, e independientemente de mi futuro en el mundo de las finanzas. No quisiera faltarle a usted al respeto porque agradezco que se haya tomado la molestia de comentar el post, pero he de decir que lamento su incapacidad para valorar el sentido global del texto. Un saludo.

  2. José Miguel says:

    Pues voy a disentir de las dos posturas situables en la dogmática de lo «políticamente correctos». Pues sí, las tribus del amazonas tienen una racionalidad más limitada que la nuestra, tanto en cuanto la nuestra permite una operatividad, una visión de la realidad infinitamente superior a la que aquellas tribus, como, por ejemplo, les podemos curar de enfermedades que ellos jamás podrían, por la naturaleza y desarrollo de nuestras propias instituciones. Nosotros podemos comprender sus rudimentarias instituciones, pero no puede suceder a la inversa, pues ellos no saben de Biología, Neurofisiología, de todos los desarrollos científico-tecnológicos que poseemos, que esas tribus ni siquiera pueden comprender, más que nada, porque hasta carecen de escritura. Por eso es tan necesaria la educación pública, para formar en saberes de gran complejidad, una institución la educativa, que transmite saberes firmes, universales, históricamente logrados, y, por ello, son tan necesarios los buenos maestros y profesores, es decir, para mantenernos en la propia sociedad civilizada, que no es lo mismo que una sociedad natural, pre-política, como la de esas tribus.

  3. Almorzador filosófico says:

    He aquí, un claro ejemplo de la baja consideración que tiene nuestra, «denostada» ya, profesión para un amplio sector de la sociedad. No obstante, claro está que los balbuceos del señor Nayib son tan sólo una opinión, y las opiniones, como decía Clint Eastwood, son como los culos, cada uno tiene el suyo. Pero parece que el señor Nayib tiene dos, uno bajo las caderas y otro sobre los hombros.La propuesta de Felipe me parece una buena opción.

    Saludos.

  4. Alejandro says:

    Me temo que va a ser necesario tomar medidas como las que propones, y que, por lo demás, me parece mucho más razonables y justas que las «travesuras» de otros colectivos, que rozan (o superan) la irresponsabilidad.

  5. Pero no nos engañemos, cuestiones como hacer de papi/mami en vez de tutor, de ser «generoso» y aprobar a quien no merece aprobar, de convertir una sesión de evaluación en una mesa camilla de cotilleo o, si se quiere, psicopedagógica reflexión sobre el alumnado, atiborrar el pasillo de cartulinas floridas y desustanciadas, asumir que el trabajo social puede y debe sustituir a la docencia del griego y la biología, emprender en los claustros debates, de nuevo, psicopedagógicamente sublimes pero propios de la educación infantil y primaria, no coger nunca, ni por equivocación, un libro de la propia especialidad, etc., etc., todo eso no tiene nada que ver con ganar dos mil euros o cuatro mil, con recibir o no recibir el complemento de destino, ni con el prestigio social de la profesión. Todo eso lo han asumido y desarrollado gustosamente los profesores actuales. Tan gustosamente que, sospecho, les motiva ya más que enseñar griego o biología. Es culpa suya y sólo suya.

    En EE.UU. hay una diferencia abismal, tanto de prestigio social como salarial, entre ser profesor de secundaria y universitario. «¿Y eso que siendo usted ingeniero trabajaba en un instituto?», le preguntaron a un amigo con mohín de desprecio. Aquí, inevitablemente, vamos por el mismo camino (en Murcia ni se plantean trasladar el recorte salarial al cuerpo docente universitario). Y mientras, los profesores se dedican a hacer cursillos sobre la mediación, a ponerse petos amarillos con el emblema «limpieza de recreo» para limpiar el patio, a poner películas para enseñar filosofía y enseñar historia con los socorridos powerpoint.

    Hemos despreciado el saber. Es justo que paguemos las consecuencias.

  6. José Miguel says:

    Razón tiene «Nola scripta»: el enemigo lo tenemos en nuestra propia casa, un rebaño adocenado y sumiso a toda la psipedabobería rampante, profesores que se venden por unas migajas ventajistas que dejan caer los equipos directivos para quienes hacen genuflexión. Y quienes no se someten, son ninguneados sistemáticamente, apestados y machacados. Es desolador leer en el corcho de la sala del profesor la ristra de devotos y lameculos docentes apuntados para cursillos infames que atentan precisamente contra la propia labor docente académica y la dignidad del propio profesor.

  7. Xafi says:

    Suscribo al completo el post de Felipe. Por otro lado, decirle al señor Nayib que en el Amazonas no tienen Internet, que yo sepa, por tanto dudo que hubiese podido comunicarnos sus inquietudes respecto a cómo sería la enseñanza en las tribus.
    Por otro lado, tampoco creo que sea justo que nos castiguen por obligarnos a realizar cursitos amariconados del CEFIRE sobre resolución de conflictos y todas estas tonterías, pero claro, son los únicos que dan puntos reconocidos, es una putada pero es así. Pero si es así y la propia Consellería no está interesada en que aprendamos cosas de verdad, joder, que no nos castiguen encima por ofrecernos cursitos estúpidos para después llamarnos incompetentes. En todo caso la que es incompetente es Consellería y debería pagar por su incompetencia. En fin, que el tema da para mucho juego y creo que Felipe da en el clavo y sí, nos podemos enojar, cabrear, indignar, encabronar porque se nos trate como chivos expiatorios y además no sentirnos culpables por ello, ¡faltaría más!

  8. flipper says:

    totalemnte deacuerdo con el post y con los comentarios en la línea de non sola scripta; todas esas actividades de un docente rebajan su vocación, que es -pienso- de lo que se trata aquí, no de cuánto ganas o no. Evidentemente, todas las profesiones tienen su dignidad, pero la de un educador está por encima debido a la importancia de su labor a la de un albañil, fontanero o electricista. Y se debería reconocer esa dignidad también en lo económico. Que ahora se quiera potenciarla a base únicamente de legalismo hipócrita es reconocer que es quizá es demasiado tarde.

  9. ds says:

    Si sólo fuese un deficiente sistema educativo el problema. A los políticos les da igual lo que hagáis en clase mientras les sigan votando.

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  11. Hace tiempo que se tenía que haber hecho algo serio contra el sistema educativo por una simple cuestión de dignidad profesional. Hace tiempo que había que pegar un puñetazo en la mesa y empezar a hacernos oír. A ver si ahora que, encima de quitarnos la dignidad de profesores, nos quitan el sueldo, somos capaces de algo más que de reflexionar y reflexionar y «dequereflexionar» y empezamos a movernos … En ese sentido creo, como usted, que habría que crear una plataforma específica ya que Deseducativos, siendo que hacen intersantes reflexiones y hablan con mucha razón, sólo hacen eso: hablar y reflexionar. Aquí hay que hacer algo más que eso y ya.

    Y no nos engañemos: no vamos a evitar los atropellos, a menos que nos pongamos realmente duros y quizás ni aun así. Además, socialmente nos van a intentar linchar en la misma línea que el primer comentarista porque ESA es la imagen que hay en la calle de nuestro colectivo. Después de condenarnos a sostener como buenamente podamos el delirante sistema educativo que nos han impuesto, lo único que trasciende a la vox populi es que tenemos muchas vacaciones, ganamos mucho y trabajamos poco.

    Y, para terminar, al hilo de lo expuesto por algún comentarista, tenemos un gran problema: nuestra propia quinta columna. Aquellos que colaboran con el sistema porque están muy bien instalados en él y han convertido el delirio educativo en religión, esos que se saben el significado de todas las siglas que se manejan en el sistema. Son la tira de gente. Y, es más, no van con ellos las acciones que usted propone porque nunca han hecho nada fuera de lo que marca el evangelio según Maravall.

    A ver si en este año que empezamos somos capaces de hacernos oír, de hacer algo que nos devuelva, si no el poder adquisitivo, al menos la dignidad.

    Saludos desde la trinchera y feliz año.

  12. Para empezar mañana con buen pie me he impreso las diez reglas de oro para dejar de trabajar gratis. Gracias.

  13. Pingback: ¿Lo vamos a permitir? « Resistencia en Los Cantos

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