¿Qué es un buen profesor?

Finalmente, el curso de introducción a la Filosofía estaba a cargo de dos profesores: Morente y Zubiri. Fui el primer día a clase de Morente, pero no me gustó, tal vez por sus patillas o por su entonación -luego fue profesor mío muy querido y admirado durante varios años-. De Zubiri no sabía nada; pregunté a un compañero de Instituto, que estudiaba Derecho, y me contestó: «Es un cura muy pincho». Probé su clase; era muy joven, no había cumplido treinta y tres años, y parecía más joven todavía, un estudiante; pero iba vestido de sotana nueva y limpísima, muy repeinado; era muy bajo de estatura, menudo, nervioso; hablaba muy deprisa, en voz baja, paseando de un lado a otro.

Alguna vez he recordado que me senté al lado de una muchacha muy guapa, que había asistido a la primera clase, y le pregunté: «¿Qué tal?» Me contestó, literalmente: «Estupendo. No se entiende una palabra». No había ironía en la respuesta: ni esa chica, ni casi ningún alumno, habían entendido, pero tenían la impresión de que era estupendo. El talento de Zubiri era evidente; su pasión intelectual, también; su desdén por la pedagogía, manifiesto. Hablaba de lo que le interesaba, sin miramientos. Comentábamos la Monadología de Leibniz. Como sabía que yo estudiaba Ciencias, me decía a veces: «Usted. joven matemático, lo entenderá bien». Ponía en el encerado nombres griegos, aunque no habíamos estudiado esa lengua; alguna vez llegaba al hebreo. Declaró que aprobaría a todo el mundo. No había más que dos posibilidades: ahogarse o salir nadando. Lo decisivo es que nos mostró lo que es la filosofía y nos infundió un tremendo respeto por ella.

Julián Marías: Una vida presente. Memorias, pp. 75-76

La misma idea en Thomas Mann.

7 Responses to ¿Qué es un buen profesor?

  1. Muy apropiada la elección de este texto. Gracias

  2. blogalnews says:

    Si alguien que habla te apasiona aunque no le entiendas muy bien, al final acabará apasionándote lo que dice y entendiéndole. Me pasó con un profesor gallego (Pepe Rialto) en clases de matemáticas en el instituto. Creo que a todos nos demostró que podíamos acercarnos y aprender aquella asignatura que tanto temíamos y además disfrutar con el proceso. Tanta pedagogía acaba alejándote del objetivo principal: enseñar y transmitir lo que uno sabe.

  3. A.J.A.C says:

    ¡Qué alegría de buena mañana! Delicioso fragmento como desayuno. Gracias Felipe. Porque ahora, en cuanto vuelta a la rutina del quehacer diario, otra vez a escuchar la canción de siempre, sobre todo en las próximas semanas pre-electorales. ¡Miedo y asco en «Las Vegas»!

  4. A.J.A.C says:

    Queda pendiente. Bienvenidas sean esas morcillas. Un saludo.

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