NEUROCIENCIA ¡QUÉ PASADA DE CIENCIA!. 1ªPARTE.¿Crea el cerebro la realidad? ¿existe el yo?

En un ciclo de cinco conferencias dirigido por el Dr. Francisco José Rubia Vila, y titulado «Cerebro, mente y conciencia: nuevas orientaciones en neurociencia», eméritos neurocientíficos que gozan de reconocimiento internacional explican cómo han superado el dualismo mente/cuerpo, reduciendo conciencia y voluntad a pura ilusión cerebral; es decir, explican cómo la neurociencia ha demostrado experimentalmente que el espíritu es una propiedad de la materia en alto grado de evolución orgánica. El objeto de este POST es mostrar que es lógicamente imposible demostrar experimentalmente semejante tesis, y que para defenderla dichos científicos se adentran en la metafísica sin tener idea de ello.

En una primera conferencia, titulada «¿Crea el cerebro la realidad?», se explica el carácter ficticio de toda percepción, describiéndola del modo siguiente:

“El cerebro no es un órgano pasivo, receptor de información, sino que el acto de la percepción es un proceso activo en el que el cerebro tiene mucho que decir. Si tomamos el ejemplo de la visión, lo que constatamos es que cuando miramos a un árbol, por ejemplo, la luz que se refleja en sus hojas son radiaciones electro-magnéticas que inciden sobre los fotorreceptores de la retina del ojo produciendo una cascada de reacciones químicas que se traducen en impulsos nerviosos que, tras un recorrido, llegan a la corteza visual donde estos impulsos se integran y procesan. En la corteza los datos sufren un proceso complicado que detecta la forma, los patrones, los colores y el movimiento; luego el cerebro lo integra para formar un todo coherente. De pronto aparece la imagen de un árbol en nuestra mente, lo que supone un auténtico misterio. Esa imagen la genera nuestra mente/cerebro”.

En esta descripción se habla de una realidad que la mente/cerebro no crea, y que se encuentra fuera de ella/el, las ondas electromagnéticas. Éstas son transformadas en impulsos nerviosos mediante las reacciones químicas que se desencadenan en los órganos sensoriales al incidir en ellos. Estos impulsos nerviosos (ondas al fin y al cabo) tampoco son generados por la mente/cerebro, sino que son concebidos como los datos a partir de los cuales la mente/cerebro crea, en su interior y de acuerdo con sus propios criterios de interpretación, una imagen, una representación de la realidad. Mas una cuestión importante queda sin resolver: se afirma que la mente/cerebro crea una imagen de la realidad a partir de los datos que obtiene de la realidad misma y, no obstante, esta imagen es irreductible a la realidad , inexplicable sólo por la realidad; es una imagen que, a pesar de que se dice ser generada por la mente/cerebro, aparece sólo en la mente, es decir, es una imagen puramente introspectiva: “De pronto aparece la imagen […] en nuestra mente, lo que supone un auténtico misterio. Esa imagen la genera nuestra mente/cerebro”. Y este misterio proyecta su sombra sobre la naturaleza de la mente/cerebro, que se vuelve ambigua e ininteligible, ocultando con descaro, más que resolviendo, el problema de la separación de mente y cuerpo. Pues decir que existe una imagen de la realidad aparte de la realidad, aparte de la mente/cerebro, sólo en la mente, es separar mente y cuerpo. Este problema no impide establecer correlaciones entre ambas realidades (mental y corporal), y, por tanto, no incumbe al científico; pero el problema lógico-metafísico permanece incólume: no puede haber dos realidades, porque para ello tendría que existir alguna diferencia entre ambas, pero una diferencia real no diferencia dos realidades, y una diferencia no real no es ninguna diferencia.

Asimismo se afirma que sólo conocemos nuestras propias creaciones. Pero no se repara en que la concepción de la realidad como ondas electromagnéticas es una teoría , o sea, una imagen científica de nuestra mente; una creación tanto o más artificial que los sonidos, los colores, los sabores, etc. Por tanto, lo que es presentado como una simple descripción, una “constatación” del proceso de la percepción, en realidad es el producto de correlacionar dos imágenes, dos «puntos de vista», el científico y el introspectivo, otorgando inexplicablemente al primero el valor de realidad y al segundo el de apariencia. Tal yuxtaposición presupone lo que quiere demostrar: que la mente carece de realidad; y explica el carácter repentino y misterioso de la aparición de la imagen mental, así como la naturaleza ambigua de la mente/cerebro.

Después, en la segunda conferencia, se dan razones para pensar que no sólo todo lo que es percibido es irreal, sino que también lo es el sujeto que percibe que percibe. En efecto, experimentos muestran que la mente inconscientemente percibe y recuerda muchísima más información que la conciencia; experimentos muestran que las actividades de la mente, al no ser en su mayor parte abarcadas por la conciencia, no son controladas por la voluntad, sino que la determinan; experimentos muestran que el yo, entendido como una conciencia rectora de todas nuestras funciones mentales, no tiene un correlato neuronal; luego, no existe.

Esto me recuerda una pintada en la facultad, que decía: “Dios ha muerto, Marx también, y últimamente yo no me encuentro muy bien”.

Bromas aparte, básicamente es innegable el contenido de esta conferencia. Más es lógicamente imposible compartir su espíritu, su interpretación en absoluto. Los científicos atienden a los hechos con tanta intensidad que suelen olvidar que limitan su atención a ellos, y, en consecuencia, juzgan que ser hecho es ser en absoluto. Juicio metafísico: no tautológico ni verificable empíricamente, sino que representa una interpretación de la experiencia, que la absolutiza. Sin embargo las experiencias y los hechos se resisten a ser absolutizados y exigen lógicamente un sujeto activo a la vez que pasivo que los realice. El yo no es un hecho ni un cúmulo de hechos y experiencias, ni siquiera es un conjunto de capacidades o funciones. Sí, hechos y capacidades determinan respectivamente el contenido y la forma de su expresión. Pero el yo se identifica con su expresión precisamente cuando deja de ser yo, cuando muere; es decir, la identificación del yo con su expresión es una confusión lógica consistente en tomar el predicado por el sujeto. Es, pues lógico que los análisis de los neurocientíficos no hallen el correlato neuronal del yo: el yo es sujeto absoluto de experiencia, con más razón si cabe, de la introspectiva, por lo que es imposible encontrarlo en ella, y si el yo no puede estar en la experiencia introspectiva, es imposible, con más razón si cabe, descubrir su correlato neuronal. Efectivamente esto quiere decir que el yo es irreal, pero ello no significa que no existe. El yo existe realizándose por activa y por pasiva, y por eso no puede ser real.

Importa añadir, en cuanto a la voluntad, que el hecho de que se encuentre determinada por lo inconsciente no implica que sea anulada o suplantada por él; solamente debiera significar en buena lógica que tiene límites inconscientes. Lo contrario sería negar la voluntad por razones irracionales, por éstas también tendría que negarse la posibilidad de conocer los hechos, y con ella la posibilidad de la ciencia y hasta la de la misma racionalidad, incluso la del argumento que niega la libertad, afirmando el imperio de lo inconsciente. Tal argumentación es llevada a cabo más detalladamente en la cuarta conferencia, por lo que será tratada a continuación, dejando para el final la tercera y la quinta.

(Continuará)

Juan José Bayarri

19 Responses to NEUROCIENCIA ¡QUÉ PASADA DE CIENCIA!. 1ªPARTE.¿Crea el cerebro la realidad? ¿existe el yo?

  1. juan antonio says:

    la realidad esta siempre ahi, es el ser humano el que es producto de la evolucion,todos nuestros organos son producto de la evolucion,y segun enque momento de la evolucion se encuentren van interpretando la realidad,la realidad o la verdad que siempre esta cambiando,estaba ahi fuera antes que el ser humano, y por supuesto mucho antes que el pensamiento;es precisamente el pensamiento la parte de la evolucion que mas desvirtua la realidad,ya que el pensamiento que es memoria y tambien proyeccion de esta tiene la cualidad de alejarse siempre del momento presente, como vamos a percibir la realidad con un instrumento que basa su funcionamiento,en el pasado que es algo inesistente y el futuro que tampoco esixte

  2. Enric Carbó says:

    La realidad no sólo está «ahí fuera», también depende del lenguage con el que nos referimos a ella. Otra cosa es absolutizar el constructivismo («la realidad es construcción») como ha pasado con la moda postmoderna y algunas modas New Age

  3. JOSE says:

    EL FRAUDE EN CIENCIA EXISTE DESDE SIEMPRE

    http://www.publico.es/ciencias/66715/-el/fraude/ciencia/existe/siempre

    IMPOSIBLE DETECTAR FRAUDE CIENTIFICO (¿PQ ES INFALIBLE ENTONCES LA CIENCIA? ¿PQ NO SE PUEDE DUDAR DE LO CIENTIFICO SI HAY FRAUDE?…….NADA QUE NOS DICEN QUE NO SOMOS LIBRES Y NOS LO TRAGAMOS, NADA QUE NOS DICEN QUE EL YO NO EXISTE Y ME LO SIGO TRAGANDO………¿PQ? …..DICE ALGUN PROFESOR DE NEURO POR AHÍ: «ES QUE ESTÁ DEMOSTRADO». Y ENTONCES DIGAME USTED POR FAVOR ¿QUIEN SOY YO SI NO EXISTO?……….JEJEJEJEJEEJ….. VAMOS PA ECHARSE A LLORAR)

    http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/Hoy/practicamente/imposible/detectar/fraude/cientifico/elpepiespval/20100305elpval_13/Tes

    • Juan José Bayarri says:

      JOSE,
      En este caso no hay propósito de engaño, por lo que no es un fraude. Me parece que se trata, más bien, de ignorancia, aunque no de una ignorancia pura; se trata del tipo de ignorancia común y corriente que solemos llamar arrogancia, y que consiste en creer saber lo que no se sabe, en desconocer los propios límites.

      • JOSE says:

        Hola Juan José, no me referia a que en este articulo haya fraude, para ello habría que demostrarlo y evidentemente no se puede. Con lo del fraude me refería a que en general el conocimiento científico actual tiene un status superior al que le corresponde ya que como hemos visto el fraude es incontrolable y en un mundillo que se mueve por prestigio y dinero, es evidente que se puede dar más a menudo de lo que se piensa. Creo que es necesario un control más serio y riguroso. Hoy en día hay una excesiva publicación científica donde muchas cosas sobran, hay mucha paja y lo autenticamente valioso no se percibe con claridad.

        Una frase:

        «la ciencia es humildad en la búsqueda de lo verdadero y en cuanto pierde esa humildad se convierte en otra forma de embaucamiento» «Antonio Escohotado».

        En cuanto a que no se encuentre el sustrato neurobiológico del yo podría ser debido a que el yo es lo que engloba a todo el ser y por tanto es una entidad irreductible. Lo sorprendente es que al no encontrar una localización en el cerebro se opte por decir que no existe, en vez de decir que el yo es todo el ser (el todo es más que la suma de las partes). Además si el yo no existe entonces tampoco el tu (serias una creacion de mi yo) lo cual es absurdo pq si yo desaparezco o muero, tu sigues existiendo y por tanto la realidad no se reduce a lo que construye mi cerebro. Además si todo fuera construido por mi cerebro, entonces el propio conocimiento y estudio de mi cerebro sería irreal pues es una construcción subjetiva e ilusoria de mi mente lo cuál no se sustenta y cae por su propio peso.

        Saludos y les animo a seguir escribiendo cosas como estas. Actualmente el mundo académico carece de espíritu crítico y hay que fomentarlo, esa es mi opinión.

      • Ray Duran says:

        Ahora bien como perciben nuestra realidad …algún insecto….un mosquito? o el presente cuanto dura (en tiempo)…..

    • Juan José Bayarri says:

      Muchas gracias, Jose, por los ánimos que nos da y por las aclaraciones, con las que estamos en todo de acuerdo salvo precisamente en la idea de que el yo es un todo.

      Si el yo fuese un todo, tendría partes. Pero no las tiene. Yo puedo perder un brazo, o puedo perder la conciencia, pero sigo siendo invariablemente yo, aunque yo no lo sepa. El yo no cambia. Puede cambiar el modo de vida, puede cambiar el carácter y el gusto, hasta las aptitudes pueden cambiar; pero, ¿en qué podría transformarse el yo? ¿Acaso existen formas de yo? Por mucho que yo cambie, es decir, por mucho que cambien mis circunstancias seguiré siendo yo o no seré nada.

      Si el yo fuese un todo, sería algo cerrado, determinado y definido. Pero el yo es algo indefinido. Esto lo vio muy claro Ortega y Gasset, cuando dijo aquello de que yo soy yo y mis circunstancias: vincular el yo con las circunstancias, en la definición de sí mismo, supone reconocer que el yo no es una circunstancia, una coyuntura, un resultado, un hecho; una cosa, algo concreto, definido y circunstancial. Si el yo fuese un todo, la expresión «yo y mis circunstancias» sería una redundancia; y , con mayor exactitud habría de decirse que yo soy mis circunstancias.

      El yo es el sujeto simple y absoluto de hechos y experiencias, de circunstancias. El yo se halla revestido de circunstancias. Por eso es lógicamente imposible tener experiencia de él. La existencia del yo es, pues, metafísica, y sólo es exigida por la lógica.

      Un cordial saludo.

      • JOSE says:

        Gracias por la aclaración sobre el yo, es cierto que es algo indefinido, no habia pensado en eso. Ya veo que uno por aquí también aprende de los comentarios de los demás. Le doy las gracias por ello. Saludos.

  4. Antonio Ruiz del Codo says:

    En rpincipio me gustaría comentar la afirmación que haces sobre que los científicos no tienen ni idea de la metafísica. Esto, normalmente suele ser verdad, pero no veo la necesidad de que para hacer ciencia haga falta saber metafísica. El filósofo se debe dedicar a investigar desde un punto de vista filosófico, mientras que el científico debe hacerlo desde un punto de vista científico y nada más. Por otra parte, he de comentar que no veo razonable el empeño en demostrar la dualidad o la unicidad de mente y cuerpo. Según mi opinión esta disquisición estaría demás tanto en cuanto la mente no existe ya que todo es reductible a materia. Según se deja entrever, la experimentación no pone de manifiesto que no exista la mente, yo simplemente digo, que si se lesionan ciertas partes del cerebro ya no existe ni realidad ni muchos otros procesos que realizamos con el cerebro intacto.

    • Juan José Bayarri says:

      Antonio Ruiz,
      Yo no digo que los científicos no tengan ni idea de metafísica; digo y razono que estos científicos (autores de las conferencias que ahora nos ocupan y que tú me hiciste llegar), al intentar demostrar con hechos proposiciones que van más allá de los hechos, lo único que demuestran es que no tienen ni idea de metafísica ni de los límites de la ciencia. Lo que critico de estos científicos precisamente es que pretenden hacer filosofía, metafísica desde un punto de vista científico: quieren demostrar a base de experimentos que la realidad, que todo es reducible a cerebro, a materia. Pero como tú dices: “la experimentación no pone de manifiesto que no exista la mente”. Es un hecho obvio que con el cerebro dañado perdemos capacidades, y cuanto más dañado está, más capacidades perdemos; se pierde hasta el juicio, la idea y la impresión de realidad, pero la realidad misma seguirá siendo; y seguirá siendo, entre otras cosas, que tenemos la molleradeteriorada, muydeteriorada. De todo ello se deduce que es necesario tener un cerebro sano, para poder tener sano el juicio, la mente. Necesario, sin embargo, no quiere decir suficiente. ¿es suficiente tener un cerebro sano, para tener una mente sana? Es más, ¿el cerebro de un individuo sano que al nacer fuese aislado de todo y únicamente le fuese suministrado el alimento material tendría la capacidad de juzgar, de pensar y sentir la realidad? Y aun cuando la respuesta correcta a estos interrogantes fuese sí, algo difícil de admitir si recordamos el comportamiento de los niños salvajes , http://es.wikipedia.org/wiki/Ni%C3%B1o_salvaje no por ello quedaría demostrado que todo es materia. Podría pensarse, con la razón de todo un Aristóteles, que la materia no es más que mente en potencia, que el ser en estado perfecto es mente.
      Un saludo, amigo, y muchas gracias.

  5. Juan José Bayarri says:

    Juan Antonio y Enric,
    no es razonable yuxtaponer realidad y pensamiento, pues esta absoluta diferenciación implica que no tenemos ni idea de lo que es real; pero si no tubiésemos ninguna idea de la realidad no podríamos pensar en ella ni siquiera para negar su relación con el pensamiento. Entre pensamiento y realidad existe una relación, una relación dialéctica, es decir, el pensamiento responde a la realidad, y la realidad responde al pensamiento; la realidad cambia nuestra forma de pensar, y nuestra forma de pensar cambia nuestra conducta y con ella la realidad. Esto es un hecho. Sin embargo también lo es que el pensamiento no acaba conformándose con el conocimiento de los cambios realizados, de los hechos, y tras ellos busca conocer su último responsable en algo que no cambia, que es siempre, en el ser. Frente al ser, lo real se muestra como apariencia, como fenómeno; el ser se presenta como la realidad en sí. Para unos, este hecho, la búsqueda de este conocimiento representa la más alta dignidad humana; para otros, un oprobio a la razón. Mas para juzgar un hecho es preciso conocerlo. El relato de esta búsqueda, de este hecho constituye la historia de la metafísica. La ciencia, en cambio, sólo busca conocer qué hechos, y de qué manera intervienen en otros hechos. La ciencia es el conocimiento de la forma de los hechos, de su relación; es saber reproducir lo producido y, en consecuencia, saber evitar que lo producido vuelva a repetirse.
    Cuando sedice, como es el caso, que el cerebro crea la realidad, puede parecer que se trata de una explicación científica: un hecho (el cerebro) explicaría los otros. Pero en el fondo se trata de una afirmación metafísica, ya que los otros hechos no son la realidad; la realidad son todos los hechos. En tanto el cerebro explica todos los hechos, se explica a sí mismo como hecho, lo cual implica que es considerado algo más que un simple hecho: un hecho no se explica por sí mismo. Es considerado el ser, el “arché”. No obstante, la ciencia, en tanto es experimental considera, sólo puede considerar, hechos.

  6. Xavier Lopo Cameselle says:

    ¿Tal vez los animales más gregarios que han desarrolado diversas formas de empatía podrían haber dado lugar al «yo», ese tú que me observas desde dentro?. Otra pregunta ¿La consideración de mente enferma o sana dónde empieza y acaba, en realidad no es un promedio de lo que se considera normal?, ¿cómo decidir que una modificación orgánica es perjudicial si no es letal, cuándo pase a ser beneficiosa?. Una más, ¿el «yo» debería desaparecer o transformarse con los años y con las lesiones o pérdidas tejido cerebral?, en ese caso ¿se podría estudiar algo tan variable, ese «yo» no debería estudiarse a lo largo de los años?. Por último, sin otras personas alrededor, en soledad extrema, ¿se podría desarrolar la consciencia del «yo»?.

    Gracias por este ameno e instructivo blog.

    • Juan José Bayarri says:

      Xavier
      yo no soy biólogo ni psiquiatra ni psicólogo, soy simplemente un licenciado en filosofía, y voy a contestar a tus preguntas desde este punto de vista.

      1ª. La palabra «yo» se usa para señalar, para hacer referencia, y en esta función se parece a palabras tales como «eso», «allí», «ahora», etc. La peculiaridad de la palabra «yo» está en que hace referencia al sujeto que lapronuncia, al sujeto que la piensa. Por tanto el surgimiento del yo no está especialmente relacionado con sentimientos de empatía. Los niños, desde su más tierna infancia muestran empatía cuando lloran al oír el llanto de otro niño, y, sin embargo, son incapaces de usar la palabra «yo» antes de los dos años.
      2ª. Lo mismo que no existe un instante preciso en que uno pasa de la madurez a la vejez, así tampoco existen límites precisos que separen la salud de la enfermedad.
      3ª. El yo no desaparece ni aparece; aparecen y desaparecen sus manifestaciones y circunstancias, que es todo lo que de él se puede estudiar.
      4ª. La relación entre conciencia y lenguaje es muy estrecha: el lenguaje aporta claridad a la conciencia, pero una conciencia poco clara es, más bien, una sensación. En especial, la conciencia del yo, de la auto-referencia, requiere una reflexión que no puede llevarse a cabo sin el lenguaje. Y el lenguaje es propiedad de grupos, no de individuos, el individuo en soledad no puede adquirir el lenguaje, y sin lenguaje no se puede reflexionar, ni, por tanto, tener conciencia del yo.

      Saludos.

      • Xavier says:

        Gracias por la respuesta. Ni que decir tiene, que cada nueva idea da para horas de divertida «meditación». Una maravilla. Gracias de nuevo.

  7. Estrella says:

    Estrella -digamos una pequña disertación!-
    El yo existe? respuesta:Sí. Qué es el yo? El yo forma parte del todo que es la existencia. Qué es la existencia? Lo palpable y no palpable de la vida, diferenciando así la mente -consciencia- como parte mental del cuerpo físico. Ante esta diferenciación nos preguntamos: El pensamiento es real? existe? es palpable?,respuesta: Sí, como proyector de lo que va aser, por definirlo de otra forma, como una energía que transmite y se transforma -consciente, inconsciente, subconciente- que también trabaja en esta energía global, del todo, para bien o para mal. Podríamos introducirnos ahora en el pensamiento o mente humana…si nos sumergimos en la fantasía o lo ilusorio podríamos visiualizar un escenario del mundo, del todo, como un sólo cerebro. Cada uno de nosotros formaríamos parte de él en hemisferios diversos, formando así cada célula y cada uno de nosotros como parte de un sólo cerebro. Nuestro pensamiento particular, individual por tanto, emitría una señal, unas ondas, una representación de la realidad, éste no es que no sea real sino que forma parte de una realidad absoluta, que sería la realidad más real de nosotros mismos.Existen realidades subjetivas dentro de la realidad más palpable..La naturaleza grita conscientecomo nota -musical,de perfume…- y nosotros estamos ensordecidos. Me pregunto qué opinión u consecuencias tendrá la naturaleza.
    Juanjo me ha gustado mucho tu exposición y también los comentarios.Ya sabes que no soy erudita en este campo pero me gustan algunos momentos la sencillez de tus palabras… Un abrazo

  8. Estrella says:

    Estrella, -…recordando una disercción!-
    El yo existe? Respuesta: sí. Qué es el yo?: El yo, forma parte del todo, que es la existencia. Qué es la existencia? Lo palpable y no palpable de la vida, diferenciando así la mente -consciencia-, del cuerpo -físico-. Ante esta diferenciación nos preguntamos: el pensamiento, la mente, es real? existe? es palpable?,Sí, como proyección de lo que va a ser o pueda suceder -de causa y efecto-, por definirlo de otra forma como una energía que fluye, se trasmite y se transforma -desde el consciente,inconsciente o subconsciente- como parte espiritual de la mente, que también trabajan en ésta energía global, del todo, para el bien o para el mal. Podríamos introducirnos pues en el pensamiento o mente humana. Aquí va la disercción: Si nos sumergiéramos en la fantasía o lo ilusorio, imaginémoslo visualizándolo, un escenario del mundo, hablando del todo como un solo cerebro. Cada uno de nosotros seríamos una célula -por decirlo o llamarnos de alguna manera -, formando parte de él, en hemisferios diversos, formando así cada célula, cada uno de nosotros, como parte del todo, como un sólo cerebro. Nuestro pensamiento particular individual,…emitiría una señal, unas ondas, una representación de la realidad que repercutiría tal vez en la realidad absoluta -un solo cerebro-…existen -en mi opinión- realidades subjetivas dentro de la realidad más palpable y diversa, a partir de la forma en que vemos el mundo y lo interpretamos; sería pues la realidad más real de nosotros mismos. A veces la naturaleza parezca nos grita consciente, como si de una nota se tratase y nosotros -la mayoría de las veces- estamos como ensordecidos. Me pregunto qué opinión, efectos y causa tendrá la naturaleza…si bien en muchos momentos me parece extraña o misteriosa, incoherente o inexcrutable…Estoy de acuerdo contigo Juanjo, de que el yo, siempre es el mismo y no cambia,solo que está en contínuo aprendizaje hasta que morimos, quiero pensar por si hallamos el camino de regreso hacia el Edem.
    Juanjo,ya sabes que no soy erudita en éste campo, pero me gusta en momentos la sencillez y humildad de tus palabras. Un saludo.

    • Juan José Bayarri says:

      Hola querida Estrella.
      Muchas gracias por tu comentario; su auténtico valor no puede apreciarse por mucho que sea analizado, porque está en su intención. Probablemente ocurra lo mismo con la naturaleza.
      Un beso muy fuerte.

  9. Jose says:

    Otra pregunta que me hago yo al respecto es:

    Si no existe la realidad ( es ilusión), es decir, es creada por mi cerebro ¿para qué tenemos los ojos, orejas, boca , etc? ¿no tendría sentido tenerlos? ¿no?. Vamos que taponando todas las vías de entrada podriamos construir nuestro maravilloso mundo, jejejeje.

    Saludos.

  10. david says:

    TU LAS DICHO JOSE,LAS OREJAS,BOCA ETC ESTAN PARA ALGO.LOS OJOS ESTAN PÀRA VER PORKE SON COMO VENTANAS HCIA EL CEREBRO.Pero lo mas flipante de todo esto es que resulta que la realidadque vemos es algo imaginado,eso me deja de piedra.Entonces nos pasamos años pensando qe es realilad lo ke vemos y no lo es??,esto es de manicomio y sin duda no me extraña que alla tanto loco porke la vida es complicada y para colmo hay cientificos queaciertan y otros se ekivocan.

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