Los enemigos de la Filosofía (2) – Ciencias para el mundo contemporáneo

Dado que el anterior post sobre los enemigos de la filosofía ya ha logrado la triple calificación de “basura ideológica”, “basura corporativista” y “basura desde el punto de vista educativo” (vean los comentarios de este ilustre foro), creo que es hora de proseguir con mi particular ‘J’Accuse’.

Si el PSOE es el enemigo número uno de la Filosofía en España, el número dos es uno de sus engendros: la nueva asignatura de primero de bachillerato: Ciencias para el mundo contemporáneo (CMC), de la que ya hablamos hace tiempo por aquí.

No caeré aquí en la tentación de afirmar que la existencia de esta asignatura es una amenaza para la filosofía porque por su culpa hemos perdido una hora los de filosofía (y algunos hasta el empleo, pero supongo que lamentarme por ellos puede sonar a ‘basura corporativista’). Si se perdieran horas de filosofía pero, en su lugar, los alumnos dieran más física, más matemáticas o más biología, seguiría pensando que es lamentable perder horas de filosofía, pero celebraría que los alumnos estudiaran más física, más matemáticas o más biología. Sin embargo, en este caso, a la pérdida de horas de filosofía se añade la introducción de una asignatura antifilosófica, cuya docencia no aportará nada (bueno) a los alumnos. En realidad cuanta más ciencia sepan los chavales, mejor y más completa será su formación filosófica, y viceversa. Por el contrario, esta asignatura de CMC empeora tanto la formación científica como la formación filosófica del alumnado. Las razones por las que afirmo esto son dos. Trataré de ser breve.

1) La asignatura de CMC se ocupa de temas filosóficos con un absoluto desprecio por la filosofía.  En efecto, según el curriculum de la asignatura, en ella se tratarán temas que resultan ser clásicos de la filosofía como el problema del criterio de demarcación, la naturaleza de la ciencia, la distinción entre opinión y ciencia… incluso se llega a reconocer como un objetivo de la asignatura la “superación de las visiones simplistas sobre la ciencia”. Esto último tiene guasa porque en otro lugar el currículum exige que los alumnos “en sus argumentaciones, deben distinguir datos, evidencias y opiniones”. Precisamente la superación de la visión simplista sobre la ciencia, que es uno de los mayores logros FILOSÓFICOS del siglo XX supone el reconocimiento de que esa distinción entre ‘datos, evidencias y opiniones’ no es tan clara como la visión simplista de la ciencia (¡positivismo!) creía.  También se tratarán en esta asignatura cuestiones de ética, de bioética e incluso de política cuyo análisis no se entiende si no es en el marco de una seria reflexión filosófica. En fin, que aunque los licenciados en filosofía tenemos una hora menos para enseñar filosofía, los profesores de CMC tienen dos horas para parlotear sobre filosofía. Todo un logro. Y conste que no tengo nada contra los profesores de CMC, más bien al contrario, me temo que son víctimas, más que verdugos.

2) La asignatura de CMC impide el desarrollo de un verdadero espíritu científico, y ello por dos razones. En primer lugar, porque es una asignatura divulgativa y esto no me lo invento yo, sino que en el mismo curriculum se reconoce que al impartirse tanto a alumnos de ‘letras’ como de ‘ciencias’, “el enfoque debe huir de una ciencia academicista y formalista”. Al principio de su Conferencia sobre ética, Wittgenstein afirma que la divulgación científica consiste en

“hacerles creer que entienden algo que realmente no entienden y satisfacer así lo que considero uno de los más bajos deseos de la gente moderna, es decir, la curiosidad superficial acerca de los últimos descubrimientos de la ciencia”

Esto mismo vale para la asignatura de CMC, que renunciando a ese enfoque ‘academicista y formalista’ pretende hacer creer a los alumnos que entienden lo que realmente no entienden.  Así no se consigue una verdadera ‘cultura científica’, sino la apariencia de la misma. En filosofía nos esforzamos en que los alumnos se den cuenta de que no entienden lo que creen entender, por ello la naturaleza divulgativa de CMC es esencialmente antifilosófica (y anticientífica). En segundo lugar, este engendro de divulgación científica de pacotilla no consigue tampoco la formación de un verdadero espíritu científico porque ella misma es profundamente contraria a la actitud más genuinamente científica al confundir lo valorativo con lo objetivo.  Según Bertrand Russell:

“La actitud del espíritu del científico supone una eliminación de cualquier deseo en interés del deseo de saber: supone la supresión de las esperanzas y temores, los amores y los odios, y toda la vida subjetiva emocional, hasta que quedamos sometidos a lo material, capaces de verlo abiertamente, sin concepciones previas, sin prejuicios, sin más deseo que el de verlo tal como es, y sin creer que lo que es debe estar determinado por alguna relación, positiva o negativa, con lo que quisiéramos que fuera, o con lo que podemos imaginar fácilmente que es.”  (B. Russell: ‘El lugar de la ciencia en una educación liberal’, en Misticismo y lógica)

Uno de los contenidos comunes de CMC, según el currículum oficial, es  “la asunción de los valores medioambientales, así como la disposición favorable y prioritaria para actuar a favor del desarrollo sostenible”. Como comprenderán no entro a valorar si estos ‘valores medioambientales’ o la ‘disposición a actuar a favor del desarrollo sostenible’ son buenos o malos. De lo que no cabe duda es de que su asunción es exactamente lo contrario de lo que Russell y cualquiera mínimamente formado en ciencia, entiende por una actitud científica. Esos valores son más propios de un becario de la fundación IDEAS que de un científico qua científico.

En definitiva, CMC constituye un auténtico ataque a la filosofía en la medida en que es también un ataque a la actitud propiamente científica, en aras de una monserga con más de ‘mundo contemporáneo’ que de ‘Ciencias’.

Próxima entrega: Los enemigos de la Filosofía (3) – Las optativas del departamento.

10 Responses to Los enemigos de la Filosofía (2) – Ciencias para el mundo contemporáneo

  1. llximo says:

    ¡el triplete!

    Muy bueno este post. Ya estoy deseando ver aparecer el siguiente.

  2. Sandra says:

    Y yo también.

    Sin duda, es muy triste el derroche de esa hora que yo como alumna he sufrido.
    En fin…

    Saludos!

  3. Xafi says:

    Que un tipo dedique un tiempo a criticar tu post diciendo que es “basura ideológica”, “basura corporativista” y “basura desde el punto de vista educativo” es porque le ha «tocado en el alma» y bueno te puedes sentir incluso orgullos de que haya sido capaz de leer tu artículo y de que lo haya acabado y haya realizado algún comentario. Será probablemente de esos psicopedagogos enteradillos corporativistas a los que les interesa que las cosas sigan en el camino que los corporativistas educativos socialistas de buenas intenciones y que, con buenas formas y bellos pensamientos van consiguiendo hoy, por fin, después de tantos siglos de guerras y desentendimiento que nos vayamos entendiendo todos mejor, gracias a la famosa «Alianza de Civilizaciones» (¡cuánto pensador hay detrás de este proyecto!). ¡Qué bien y qué suerte tener tipos que saben lo que se hacen y crean nuevas asignatura para la filosofía en nuestro sistema educativo!. Gracias a ellos y a este sistema ya podemos estar tranquilos, la ciencia va bien, la economía, el trabajo y todo va perfecto pues disponemos de esas mentes brillantes que gobiernan España y, porqué no, influimos enormemente en el mundo entero por esa forma tan creativa de plantear soluciones y resolver problemas y conflictos. Que si eso depende de la filosofía, no hay problema porque tienen una gran salud mental y estamos salvados con estos personajes. En fin, no me dilato más porque «pa qué, pa qué». Felipe, que de donde no hay no se puede sacar, no te hagas mala sangre.

  4. Gracias, Xafi, por tus comentarios, no sé si le habrá tocado en el alma a alguien el post, pero en todo caso está por demostrar que quien me honraba con el ‘triplete’ basuril tenga alma. 🙂

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  8. Klaatu says:

    Si hay algo que destila este escrito es rencor, y un rencor fuertemente ideologizado contra las iniciativas de un Gobierno que da respuesta en el sistema educativo a los retos de una sociedad moderna y avanzada. Con argumentos de tales como «el PSOE es el enemigo número uno de la filosofía» o que las Ciencias para el Mundo Contemporáneo «no traerán nada bueno» hay que descubrirse, toda una proeza intectual. No debe haber nada más contrario a la filosofía (y por ende a la inteligencia) que la ignorancia y la alergia al conocimiento.
    Es abolutamete falso lo que se afirma. Las materia de CMC no se ocupa de temas filosóficos, se explica en qué consiste el método científico y se contrasta con los procedimientos (por llamarlo de alguna manera) de las pseudociencias. Calificar un materia de divulgativa es realmente pintoresco, y cínico a la vez, porque se pretende desacreditar dando por supuesto que la divulgación es perniciosa. Esto último es toda una declaración de principios, o un intento de hacerse tertuliano de la coppe o de intereconosuya.
    La divulgación de la ciencia y el conocimiento es una tarea encomiable y digna de aprecio por cualquier ciudadano con sentido común, porque redunda en su propio beneficio. Solo desde posiciones rancias y troglodíticas, encarnadas en España por la derecha ultramontana o la ICAR, se puede estar en contra de la divulgación científica.

    Saludos.

  9. Alterativa says:

    ¡Ahora resulta que el método científico y su contrastación «con los procedimientos de las pseudociencias» no son temas filosóficos! ¿Qué hacíamos entonces en Filosofía de la ciencia, esa asignatura obligatoria de segundo ciclo de FILOSOFÍA? ¿Ciencia?

    Veo que llego un año y medio tarde a esta discusión, pero después de leerla no puedo dejar que sea una acusación totalmente fuera de lugar la que la cierre. No creo que estar a favor o en contra de CMC dependa de una posición política u otra, sino de saber lo que es ciencia y lo que es filosofía, y qué corresponde dar a cada profesor especialista.

    No entraré a debatir sobre el valor de la asignatura en sí misma, pero quiero añadir una observación sobre su influencia perniciosa en la de filosofía, más allá del problema estrictamente horario. La hora que la filosofía perdió con CMC supuso también renunciar a una porción de su temario: el bloque dedicado al conocimiento -bloque que quedó reabsorbido de mala manera en la parte sobre el saber filosófico, donde hay que encajarlo con calzador y a duras penas, porque ya no cabe en otro sitio-. Se explicaba allí, justamente, el método científico, la diferencia entre saber y opinión, y toda una serie de conceptos imprescindibles para acceder luego a la historia de la filosofía con cierta preparación, ya que el conocimiento es precisamente uno de los grandes temas de esa historia. Sin embargo, CMC no se puede ocupar de muchos de estos conceptos (pienso, en particular, en aquella unidad titulada «de la percepción al concepto abstracto», tan importante para entender después algo de Platón y Aristóteles), lo que produce un extraño vacío con terribles consecuencias.

    En fin, no quiero despedirme sin manifestar que ha sido todo un placer descubrir la existencia de este sitio.

    Saludos.

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