La alienación de la educación

Hoy se estrena como colaboradora del blog Sara Yousfi, alumna ya de 2º de Bachillerato y preocupada -con razón, pienso- por el estado de la universidad española. Le damos la bienvenida con la esperanza de verla más por aquí.

Curso astrología

Los planetas no deben estar alineados si la Universidad de Lleida, concretamente la Facultadad de Ciències de l´Educació (bastante seria con respecto a sus planes de estudio), permite que se impartan cursos que se sustentan  en una base pseudocientífica cuyo objetivo radica en la ‘disolución de energías negativas’ o ‘la calma mental’.

El pasado mes de marzo se realizó uno de estos cursos, el cual versaba sobre ‘astrología’. El material imprescindible para el curso era la carta astral de cada alumno y, a partir de ahí, suponiendo que conectasen con ellos mismos, debían ‘discernir la meta de su existencia’ y su ‘propia aceptación’. El contenido del curso era el conocimiento de los símbolos y la distinción entre los cuatro elementos. Como si no supiéramos diferenciar entre el agua y el fuego. ¿Enseñarán los futuros ‘profesionales’ a predecir el porvenir con la ayuda de las cartas astrales y mediante el estudio de la posición de la estrella más lejana? Si hemos de fiarnos de sus palabras  y de su título de docente, ¡qué gran consuelo para nosotros que estemos  en manos de las estrellas caprichosas! Según el curso, conforme vayamos adquiriendo información  ‘contactamos con nosotros mismos y somos (en presente e implicando una obligación)  conscientes de la atracción de nuevas situaciones externas para nuestra evolución’. Clarísimo. Y lo mejor es que son capaces de afirmar que el método científico es una de sus prioridades.

Aún hay más. El próximo octubre se realizará otro curso de ‘Reiki’ (otro de esos cursos de lo más científico), que en Estados Unidos ha tenido un gran éxito y se enseña en cursos oficiales de Enfermería y se le considera como una terapia complementaria a la medicina. ¡A la medicina! Algunos de sus objetivos claman por ser expuestos por su ‘profundidad’ tales como ‘armonizar nuestra energía interna, evitar la contaminación energética  o disolver adicciones emocionales’. Lo mejor es que se le aconseja a médicos o psicólogos tener una persona con esta ‘preparación’ para que no ‘se les contagien las malas energías de sus pacientes’.  Lo que le faltaba a un médico, una persona las 24 horas del día pululando a su alrededor diciéndole con voz pastosa e irritante: tus pacientes son una bomba de malas vibraciones y puedes contaminarte. La propia Universidad de Lleida se ha puesto en evidencia.  ¿Es ese ahora el objetivo de la educación, olvidarse de lo objetivo e introducirse en un mundo abstracto repleto de estrellas vacilantes?

Vía La lista de la vergüenza

Sara Yousfi

Nietzsche como ‘deseducador’

Ante las malas noticias no hay como buscar consuelo en los clásicos. Lamentablemente en este caso tampoco parece que podamos encontrarlo, qué le vamos a hacer:

Al sistema entero de educación superior en Alemania se la he ido de las manos lo principal: tanto la finalidad_ como los medios de lograrla. Se ha olvidado que la educación, la formación misma –y no el Reich- es la finalidad, que para lograr esa finalidad son precisos educadores –y no profesores de Instituto y doctos de Universidad… Hay necesidad de educadores que estén educados ellos mismos, de espíritus superiores, aristocráticos, probados en cada instante, probados por la palabra y el silencio, culturas que se hayan vuelto maduras, dulces, no los doctos zopencos que los Institutos y la Universidad ofrecen hoy a la juventud como «nodrizas superiores». Faltan, descontadas las excepciones de las excepciones, los educadores, primera condición previa de la educación: de ahí la decadencia de la cultura alemana. –Una de esas rarísimas excepciones es mi venerado amigo Jakob Burckhardt de Basilea: a él en primer lugar debe Basilea su primacía humanística. –Lo que las «escuelas superiores» de Alemania logran de hecho es un adiestramiento brutal para hacer utilizable, aprovechable para el servicio del Estado, con la menor pérdida posible de tiempo, un gran número de jóvenes. «Educación superior» y gran número –son cosas que de antemano se contradicen. Toda educación superior pertenece sólo a la excepción: hay que ser privilegiado para tener derecho a un privilegio tan alto. Ninguna de las cosas grandes, ninguna de las cosas bellas, puede ser jamás bien común: pulchrum est paucorum hominum [lo bello es cosa de pocos hombres].- ¿Qué es lo que condiciona la decadencia de la cultura alemana? El hecho de ue la «educación superior» no sea ya un privilegio –el democratismo de la «cultura general», la cual se ha vuelto común… Sin olvidar que los privilegios militares imponen formalmente una concurrencia excesiva a las escuelas superiores, es decir, su ruina. –Nadie es ya libre, en la Alemania de ahora, de dar a sus hijos una educación aristocrática: nuestras escuelas «superiores», todas ellas, están organizadas para la mediocridad más ambigua, en sus maestros, en sus planes de enseñanza, en las metas de su enseñanza. Y en todas partes reina una prisa indecorosa, como si se llegase tarde a algo si el joven de veintitrés años no ha «acabado» ya, no conoce todavía la respuesta a la «pregunta principal»: ¿qué profesión? – Una especie superior de hombre, permítaseme decirlo, no ama las «profesiones», precisamente porque se sabe con una vocación… Tiene tiempo, no piensa en absoluto en haber «acabado», -a los treinta años se es, en el sentido de una cultura elevada, un principiante, un niño. –Nuestros Institutos repletos, nuestros profesores de Institutos sobrecargados, convertidos en unos estúpidos, son un escándalo: para tomar la defensa de esas situaciones, como acaban de hacerlo los catedráticos de Heidelberg, acaso se tengan causas, – pero no hay razones.

F. Nietzsche: El crepúsculo de los ídolos

Psicopedagogía. Una propuesta de programación

Hace algunos posts, nos hacíamos eco, con susto y desmayo, de la nueva optativa que sustituye a la psicología en la Comunidad Valenciana: la psicopedagogía. Al final, no hay mal que por bien no venga, y creo que puede quedar una asignatura decente. Les dejo la programación que voy a usar por si a alguien le facilita las cosas. Creo que se adecua perfectamente al currículo oficial y sin embargo consigue evitar la banalidad del mismo. En fin, lo que hay que hacer…

De momento, a modo de materiales para clase, les propongo los siguientes vídeos:
Con la educación no se juega – 1ª parte
Con la educación no se juega – 2ª parte
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