Acerca de una lectura posible. Ser y tiempo de Martin Heidegger.

Por lo cual incluso el amante  del mito es en un sentido filósofo; porque el mito se compone de cosas extrañas.

Aristóteles.

El curso ha comenzado y  tampoco este verano he leído Ulysses de James Joyce.  Pero no por ello he pasado los calores zanganeando en la rutina. No, nada de eso; entre cañitas y altramuces he dado cuenta de todo un clásico del siglo XX: Ser y tiempo de Martin Heidegger.  Esta hazaña -pues lo es, créanme- no la he realizado a solas, no podría haberlo hecho, hubiese sido de todas, todas,  incapaz, no creo que hubiese llegado a leer más de 50 páginas.  Para llevar a cabo esta lectura he contado con la ayuda de Jesús Adrián Escudero, quien, cada vez que yo flaqueaba me ha ido empujando hacia adelante, poniendo orden y sentido .  Ser y Tiempo se ha convertido, gracias a  la Guía de lectura de Ser y Tiempo  J. Adrián Escudero , en una obra asequible a los lectores de lengua española – lo que es merecedor de agradecimientos.  Ser y tiempo está dividido en 83 parágrafos, relativamente cortos , aunque como dice Deaño que dice Kafka «ese lapso, corto quizá si se le mide por el calendario, es interminablemente largo cuando, como yo, se ha galopado a través de él » Así la lectura efectiva de muchos parágrafos de poco más de tres o cuatro páginas equivalía a cruzar un desierto, alguno puro fuego (o humo) inhabitable. En la lectura he seguido el siguiente procedimiento:  primero he leído cada párrafo en el texto de Heidegger y  después leía el parágrafo correspondiente en el texto de Adrián Escudero  comparando, revisando,  mi propia interpretación. Sólo en contadas ocasiones he vuelto otra vez sobre el texto comentado o sobre el mismo comentario.  Creo que en total han sido más de mil páginas de «heideggerianismos» , que no está nada mal para ese verano de vacaciones que la administración «procustianamente» nos va reduciendo…

No voy a decir que he desentrañado los secretos de Ser y tiempo, una obra como esta necesita más de una lectura y ni siquiera así quedaría  totalmente desvelada, pero sí puedo decir que en lo esencial esta lectura permite orientarse con criterio en la multiplicidad de interpretaciones que esta obra ha tenido desde su aparición en 1927. El Heidegger posterior, el del giro o la famosa Kehre,  si acaso el próximo verano… quién sabe.  Confieso tener un sentimiento muy ambivalente hacia este autor, el personaje me resulta antipático, aunque en su filosofía percibo algunas ideas muy sugerentes, su estilo literario me resulta insufrible, no tanto por la terminología, sino por la exposición y la argumentación misma… a veces, sin embargo entre farragosas páginas y auténticos galimatías aparecen diminutas joyas de extraña belleza:

La conciencia sólo llama callando, es decir, la llamada viene de la silenciosidad de la desazón, y llama al Dasein a retornar, también callando, al silencio de su ser  (…) El silencio hace callar la habladuría del uno (…)

En esta tendencia a abrir que tiene la llamada hay un momento de choque, de repentina sacudida. Se llama desde la lejanía hacia la lejanía. La llamada alcanzará al que quiera ser traído de vuelta (…)

Ser y tiempo

atardecer

Me he permitido también algunas bromas en forma de imágenes, a veces fotografías propias, otras veces tomadas de internet, que me han valido el sobrenombre -que llevo con orgullo- de «el fotógrafo del ser«.  Quiero destacar una de ellas -tomada de internet, porque, a mi entender resume, gran parte de lo que yo he venido a comprender de esta obra señera del siglo XX.

  1. Dasein  irresoluto que en la impropiedad de la cotidianidad, perdido en el uno, huido de sí, absorto en lo que se dice, se piensa, se hace…  desorientado e irresoluto pierde su tiempo.

dasein-cotidiano

  2. Dasein  resuelto en la forma de la propiedad,  recuperado su sí mismo propio desde la anticipación de la muerte, la angustia y el reconocimiento de su ser-culpable…   en el instante de la resolución precursora .

dasein-cotidiano

Ahora  comienza el curso y nos llaman otros menesteres. Uno de ellos llamado Aristóteles.

 

8 Responses to Acerca de una lectura posible. Ser y tiempo de Martin Heidegger.

  1. davidporcel says:

    Pues sí que tiene mérito haberte sumergido en Ser y tiempo, y más si cabe si has logrado hacerlo con cierto éxito. Me apunto la Guía que seguro utilizaré. Tu procedimiento me ha recordado al que seguí hace ya algunos años con la lectura del Tractatus, guiado por la Introducción de H. O. Mounce, también muy recomendable para iniciados.

    Gracias por la recomendación y enhorabuena por los resultados. De Heidegger lo último que leí fue «La pregunta por la técnica» y alguno de los seminarios de Zollikon (de las conferencias no paso). Contra todo pronóstico, ambas lecturas me han perseguido durante años. Un abrazo desde Zaragoza.

    • llximo says:

      Éxito relativo, pero satisfecho. Lo que resaltaría es que la lectura del original permite, como he señalado arriba, permite orientarse en las interpretaciones y comentarios… siempre me ha parecido que la literatura crítica secundaria es puro humo si no se ha leído el original y no puede por tanto referirse a él.
      Respecto a tu alusión al Tractatus, creo que puede rivalizar en dificultad, diría que incluso es más difícil que Ser y tiempo. Aunque quizá por motivo diferentes.
      Pero sí, te recomiendo la guía de Adrián Escudero, si deseas acometer la lectura de Ser y tiempo. Gracias por tu comentario David.

      • davidporcel says:

        Siempre es un placer leerte… ya me gustaría a mí tener tu estilo y gracia escribiendo. Una pena que la sobreabundancia de papeleo y el exceso de información a los que la administración nos tiene acostumbrados nos quite oxígeno para la reflexión y la escritura. Menos mal que hay quienes son anfibios y pueden respirar incluso debajo del agua.

  2. llximo says:

    Colorá me vas a poner con lo de la gracia y donaire. Pero respirar; bajo el cieno si se tercia.

  3. Don Draper says:

    Hola LLXIMO, acabo de encontrar esta entrada que ya tiene algunos años… ¿es posible que me respondas una pregunta «filosófica» usando como ejemplo este artículo que escribiste hace ya bastante tiempo?. Lo que pregunto, básicamente, es si estás disponible para responder comentarios por aquí… Saludos

    • llximo says:

      Pregunta a ver que tal..

      • Don Draper says:

        Ilximo: lo que quiero preguntarte trata sobre la filosofía como fuente de conocimiento y también sobre la opinión de que solamente a través del método científico se puede llegar a una verdad, de que la racionalidad se reduce a él, por lo que cualquier conocimiento obtenido a través de otras fuentes, como pueden ser la poesía y la ficción literaria, perecería ante la ciencia.

        Para ejemplificar la opinión descrita en el párrafo anterior tomaré del artículo que escribiste un fragmento que citaste del libro de Heidegger:

        «La conciencia sólo llama callando, es decir, la llamada viene de la silenciosidad de la desazón…»

        Esa proposición es poética, y en ella hay una figura literaria, la personificación de la conciencia que «llama» al Dasein, por lo que el conocimiento que de esas palabras pudiera adquirirse no pertenece al ámbito científico, sino al de la poesía o filosofía.

        Imaginemos a una persona que coíncide con la opinión que describí al comienzo de este comentario (que la única fuente de conocimiento válido es la ciencia y el método científico), e imaginemos también que le muestro la cita del libro de Heidegger, o mejor aún, que estoy discutiendo con él sobre la conciencia y para ejemplificar mi punto de vista, mi verdad, comparto con él ese fragmento en donde aparece esa figura literaria (personificación).

        Lo que esa persona imaginaria hará es responderme objetando que aspectos metafísicos, literarios o ajenos al método científico no tienen cabida en una «discusión seria», ya que son fuentes de conocimiento imprecisas, vagas, relativas, al ser fruto de la experiencia subjetiva de cada persona (como el impacto emocional y reflexivo que en un individuo pueda tener un verso acerca de una determinada emoción, que le permita darle forma, entenderla, identificarla, o el propio «verso» de Heidegger sobre la conciencia, o siendo más preciso, el recurso literario con el cual busca representar una experiencia personal determinada).

        Lo que me interesaría saber, Ilximo, es qué le dirías a esa persona imaginaria, o a las personas reales que consideran al conocimiento no proveniente de la ciencia como elucubraciones sin valor alguno; cuál crees que es el valor, el conocimiento que se puede obtener a través de un libro como el de Martin Heidegger, de las poesías de Neruda, o de una novela de Dostoyevski, y por último, si crees que es tan válido como el obtenido gracias al método científico.

        Dicho todo esto, no dudo por un instante del conocimiento que he adquirido gracias a esas fuentes de conocimiento (la filosofía, el arte, la ficción), y estoy en las antípodas de la persona imaginaria que he descrito antes. El «problema» es que es imposible probar empíricamente ese impacto, y solo podemos conformarnos con la verbalización de las experiencias subjetivas de cada persona.

        A ver qué piensas sobre todo esto…

        Feliz 2017. Saludos.

      • llximo says:

        Don Draper, el tema que has planteado es un tema recurrente en la historia de la filosofía desde la modernidad, desde Hume hasta el neoempirismo y el Cículo de Viena: el valor de la filosofía y su papel frente a la ciencia. Tema complejo, pero intentaré apuntar unas pinceladas. Creo que desvalorizar la filosofía basándose en el éxito de la ciencia, es como negar el ajedrez porque existe el ballet. Lo que le diría a quien mantuviese esa posición es que la experiencia humana (la vida humana, la actividad humana) no pueden reducirse a la actividad científica; opino -como Kant afirmó- que estos despreciadores de la filosofía en cuanto quieren pensar y decir algo se ven obligados a hacer afirmaciones del tipo metafísico que dicen despreciar, eso sí, una metafísica inconsciente, acrítica, como mero prejuicio. Un valor no pequeño de la filosofía podría ser ese hacernos conscientes de aquellos presupuestos no pensados sobre los que se sostiene nuestro decir… así entiendo la famosa prescripción: conócete a ti mismo y el sólo sé que no sé nada.
        Respecto del sentido poético de ciertas afirmaciones filosóficas, efectivamente podemos hablar de una filosofía poética, de la misma forma que podemos hablar de una poesía filosófica, sin que esto les reste valor, aunque sí apunta a cierto carácter esencial: la autoconciencia.
        No pienso que lo que diferencia a la poesía y la filosofía de la ciencia sea la subjetividad de las primeras frente a la objetividad de la segunda. Creo más bien que si las primeras no tienen la claridad de la ciencia es porque poesía y filosofía muchas veces bordean los límites de nuestro lenguaje, precisamente porque apuntan a las condiciones, presupuestos, de éste.
        Bueno, agradezco tu pregunta y comentario, aunque soy consciente de que mi respuesta no puede satisfacerte. Feliz 2017.

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